Una de las atracciones culturales que más interés ha despertado este verano en Mar del Plata es la llamada “Casa sobre el Arroyo” o “Casa del Puente”. Esta pieza arquitectónica de enorme valor fue restaurada -tras décadas de abandono- por orden del ex presidente Alberto Fernández, que viajó a inaugurarla él mismo, en abril de 2023.
La novedad es que este verano la casa podrá visitarse por primera vez. Y es tanta la gente que quiere conocerla que conviene reservar la entrada (gratuita) en la web, antes de viajar a Mar del Plata.
Pero esta no es la única construcción que vale la pena visitar allí. La ciudad toda puede considerarse un museo al aire libre, que a cada paso exhibe señales de su pasado glorioso, desde el auge aristocrático de las primeras décadas del siglo XX, a los años del peronismo, en que el balneario se transformó en un paraíso del turismo popular.
Con menos esplendor pero no por eso menos interesantes, Pinamar y Ostende, en el partido de General Madariaga, poseen también un patrimonio arquitectónico valioso. Entre sus viviendas ilustres se cuentan las que construyó el gran Clorindo Testa (autor también en Mar del Plata del Balneario La Perla) y algunas casas históricas, como el ya legendario Viejo Hotel Ostende, que en 2024 cumple 110 años.
Aquí, les mostramos una selección de edificios imprescindibles en la Costa. Un primer recorrido para alentar el deseo de seguir descubriendo casas e historias apasionantes de nuestro país.
Mar del Plata en el pasado
Realizada por pedido del músico Alberto Williams a su hijo y su nuera, los arquitectos Amancio Williams y Delfina Gálvez Bunge, la “Casa sobre el arroyo” comenzó a diseñarse en 1943. Es uno de los más bellos ejemplos del movimiento moderno en la arquitectura argentina y, como su nombre lo indica, tiene la particularidad de haber sido construida como un puente, en hormigón armado, en completa armonía con el bosque y el arroyo que componen el paisaje. Tal como la describe el texto que la presenta formalmente “esta obra, de valores también escultóricos, sintetiza formas geométricas casi abstractas”. Ha sido declarada Monumento Histórico Artístico Nacional; Patrimonio Cultural, Histórico, Arquitectónico y Ambiental de la Provincia de Buenos Aires y de Interés Patrimonial, Cultural, Natural por la Municipalidad de General Pueyrredón.
Quienes quieran conocerla deben hacer la reserva en la página de Eventbrite. Solo se permite ingresar en grupos de 20 personas.
Como nos señala Francisco Taverna, director de Cultura del Municipio, las casas históricas de Mar del Plata podrían dividirse entre las que pueden visitarse, porque pertenecen a la ciudad y las que vale la pena pasar a conocer desde afuera, porque están en manos privadas.
Entre las primeras, una de las más conocidas es Villa Victoria, la casa que perteneció a la familia Ocampo y que Victoria Ocampo donó a la UNESCO, institución que posteriormente la vendió a la Municipalidad. Esta mansión de hierro y madera fue traida pieza por pieza en barco desde Inglaterra y construida, en 1912, en el barrio Los Troncos. El terreno original era de dos hectáreas. Hoy la casa ocupa solo una. Mientras Victoria Ocampo fue su propietaria, se constituyó en centro de reunión de los intelectuales de la época, asiduamente visitada por Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Eduardo Mallea y muchísimos otros. Convertida hoy en un activo centro cultural, se puede recorrer por dentro, asistir a cursos, charlas y talleres y disfrutar de una excelente programación de conciertos en su extenso jardín.
Quienes quieran seguir las huellas de la familia Ocampo en Mar del Plata, no pueden dejar de conocer también Villa Silvina, la que fuera la residencia de verano de Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo. La casa de estilo inglés hoy está ocupada por el Colegio Mar del Plata Day School. Pero vale la pena admirarla por fuera.
Otra residencia notable que es posible conocer por dentro es Villa Ortiz Basualdo, sede del Museo Municipal de Arte Juan Carlos Castagnino. Se encuentra en la Loma de Stella Maris, muy cerca de otras mansiones (Villa Normandy y Villa Blaquier) con las que forma un conjunto arquitectónico que es Monumento Histórico Nacional. La casa tuvo en su origen estilo francés pero una reforma posterior lo viró al anglonormando. Su valor reside, fundamentalmente, en ser testimonio de un tiempo excepcional de la ciudad. De hecho, parte de la muestra del Museo, exhibe la decoración que tenían estas grandes casas y la forma en que la vida cotidiana se desarrollaba en ellas. En cuanto a la colección de arte de la institución, las obras de Juan Carlos Castagnino, donadas por su familia, son la atracción principal. También forman parte de su acervo pinturas de Berni, Forner, Presas, Alonso, Cogorno y Butler, entre otros. Exhibiciones temporarias de artistas actuales de Mar del Plata integran también las actividades del Museo.
En la otra costa
En diciembre se cumplieron 100 años del nacimiento de Clorindo Testa, el arquitecto que creó edificios icónicos como la Biblioteca Nacional y el Banco de Londres. Para celebrar este aniversario, Pinamar planeó actividades en su homenaje, que incluyen visitar las casas que el creador hizo en la ciudad, donde solía veranear (más información en la página web de Agenda Pinamar).
La primera que vale la pena conocer es la que fuera su propia vivienda, “Capotesta”, ubicada en Pinamar norte, una estructura de tres volúmenes donde los principales ambientes de la casa miran el paisaje y el mar. También diseñó “La tumbona”, una construcción edificada sobre la arena y asentada sobre pilotes, razón por la cual, cuando el mar avanza, parece navegar sobre el agua. Tiene forma de prisma y está pintada de color terracota. Lo que hoy se llama Glamping Alterra también es creación de Clorindo Testa, una construcción originalmente destinada a ser una galería de arte. Ubicada en medio del bosque, su estructura reúne dos volúmenes pintados de alegres colores.
De un tiempo muy anterior es otra de las joyas de la zona: el Viejo Hotel Ostende, que en 2024 cumple 110 años. Nació en 1913 como Hotel Termas y como parte de un proyecto global de balneario. Tiene estilo francés, según los cánones de la Belle Époque. El proyecto continúa hasta hoy.
Sus actuales dueños no solo han cuidado la arquitectura original, además conservan la llamada “Habitación 51”, que alojó a Antoine de Saint-Exupéry en 1930 y donde escribió su primera gran obra “Vuelo Nocturno”. El Hotel se ha convertido en un verdadero centro cultural donde se realizan congresos, conciertos y proyecciones a cielo abierto. También cuenta con una librería, Te llamaré Viernes, abierta para huéspedes y visitantes. Recorridos guiados permiten conocer el hotel por dentro.
Y una última perla. Todavía se conserva en las arenas de Ostende la casita de Arturo Frondizi y su mujer, Elena Faggionato, construida en 1935 en madera.
Sometida al embate de vientos y médanos, “La Elenita” sobrevivió a las inclemencias del clima como una lección de austeridad y sencillez para futuras generaciones.
Agradecemos la colaboración de la Municipalidad de Pinamar y Dirección de Cultura de la Municipalidad de General Pueyrredón.
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