La felicidad es una emoción, y como tal va y viene, sube y baja, es lo más similar a la marea, al vaivén del mar. Así como lo hacen otras emociones, son pendulares, por momentos podemos sentirnos felices y por momentos sentir que el mundo se termina. Por esa razón es imposible estar siempre en ese estado, por esa razón, para mí, se trata lograr un estado de paz y tranquilidad, de bienestar, aceptando ese vaivén natural.
Pienso que todos de alguna forma buscamos estar en ese estado, aunque muchas veces no sabemos cómo hacerlo o incluso de forma no consciente, somos generadoras de situaciones que nos alejan de lograr bienestar.
Todos los caminos a la infelicidad son fáciles, hoy te compartiré algunos de ellos:
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Sé inmadura.
Ser inmadura es fácil, la madurez personal es tarea ardua. Se trata de un estado de la personalidad en el cual no creces, no se crece al no conocerse.
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Céntrate en ti misma.
Siéntete el ombligo del mundo, y serás infeliz. La vida no te concederá todo lo que quieres y deseas, de modo que lograrás ser infeliz y sentir que todo está en tu contra.
Además, excluirás a los demás de tu vida, para no tener que tener que lidiar con personas que no te caen bien y así mantener tu inmadurez..
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Evita las conversaciones difíciles.
Una forma de no crecer es evitar conversaciones difíciles, de esta manera alejarás a las personas a través de tu silencio y acciones y te asegurarás de tener razón y estar cada vez más sola o relacionándote con personas que piensen como tú.
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Háblate en forma despectiva
No sirvo para esto, mira que mal tengo la cara hoy, todo me sale mal…
Cultiva la baja autoestima, el desamor a ti misma. Con toda seguridad, esto te va a generar insatisfacción y te asegurará conflictos con tus más allegados.
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Compárate con los demás.
Mira la vida de otras personas, solo lo bueno y lo que ves a primera vista en ellos, y descubre lo poco que vales. No preguntes cómo han logrado lo que hacen, solo mira y juzga con tu mente, te aseguro que serás muy infeliz.
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Victimízate
Pasa el día pensando en lo que quieres y no consigues y en lo que te falta para ser feliz. Haz como hacen las vacas que rumian. Pasa el día rumiando tus problemas, con lujo de detalle, y llama a tus amigas para seguir hablando y comentando sobre ello, si además comparas tus problemas con los de ellas te sentirás mejor.
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Juzga a otras personas.
De esta manera generarás más foco en tener que ser prefecta, así sientes que nadie puede juzgarte.
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No dediques tiempo a tu bienestar.
Cuanto menos tiempo dediques a algo que te haga bien, más cerca estarás de la infelicidad.
por Paula Cabalén
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