domingo, 19 mayo, 2024
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El peor momento de Muhammad Alí como boxeador: el día que se le plantó al gobierno y perdió el título

Su decisión de no acudir al llamado del Ejército para ir a la guerra de Vietnam logró lo que ningún púgil podía: ponerlo contra las cuerdas. Estuvo más de tres años y medio sin poder combatir.

Muhammad Alí perdió la corona de los pesos pesados y no pudo boxear durante tres años y medio por haberse negado a ir a la guerra de Vietnam. (Foto: Andreas Meier/Reuters)

Muhammad Alí perdió la corona de los pesos pesados y no pudo boxear durante tres años y medio por haberse negado a ir a la guerra de Vietnam. (Foto: Andreas Meier/Reuters)

Hace 57 años Muhammad Ali vivía el peor momento de su carrera como boxeador. El 8 de mayo de 1967, mientras se encontraba en la plenitud de su carrera y asombraba al mundo por sus espectaculares condiciones sobre el ring y abajo de él, recibió una durísima sanción que lo puso en graves problemas.

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En medio del conflicto armado con Vietnam, el púgil se le plantó al gobierno de los Estados Unidos y perdió el título por negarse a ser alistado en el Ejército. Alegando la objeción de conciencia por motivos religiosos, el boxeador no acudió al llamado de las Fuerzas Armadas. Ya había cambiado su nombre de Cassius Clay y era ministro de la Nación islámica.

“Pueden preguntarme lo que quieran sobre la guerra de Vietnam y siempre me escucharán decir lo mismo: no tengo problemas con los vietcong. Ningún vietcong me ha llamado nigger -NdeR: término que se usa de manera despectiva hacia las personas afrodescendientes-”, dijo Ali ante los periodistas, justificando su decisión. Esas declaraciones profundizaron el malestar en el círculo de poder norteamericano, que reclamaba fuertes sanciones.

Muhammad Ali, su negativa y las consecuencias en su carrera

Las intimaciones del Ejército comenzaron en los primeros meses de 1966 y se fueron dilatando entre apelaciones y postergaciones hasta el 28 de abril de 1967, día en que el campeón de los peso pesados se presentó en el centro de entrenamiento en Houston.

Ali fue a la cita porque el gobierno de Lyndon Johnson había logrado lo que ningún otro boxeador podía: ponerlo contra las cuerdas. Sin embargo, no habló ni aceptó órdenes. Lo amenazaron y le leyeron detalladamente las sanciones a las que se exponía. “Usted será condenado por desertor”, le dijo uno de los militares.

Muhammad Ali ingresa al Centro de Entrenamiento de Houston, acompañado por el comandante Edwin McKee. Poco después se negaría a ser enrolado para ir a Vietnam. (Foto: AP)

Muhammad Ali ingresa al Centro de Entrenamiento de Houston, acompañado por el comandante Edwin McKee. Poco después se negaría a ser enrolado para ir a Vietnam. (Foto: AP)

En medio de una sala en la que reinaba el silencio y todo eran nervios, el comandante Edwin McKee exclamó: “Cassius Clay, ¡Ejército!”. El robusto boxeador ni se inmutó. Ante la falta de respuesta, el jefe militar creyó que si lo llamaba por su nuevo nombre las cosas cambiarían y volvió a gritar: “Muhammad Ali, ¡Ejército!”. Tampoco hubo reacción.

Aunque le habían asegurado que cumpliría funciones administrativas y estaría lejos de las zonas de combate, Alí no aceptó enrolarse para ir a Vietnam, donde Estados Unidos libraba duras batallas con las fuerzas vietnamitas, en una guerra que terminó perdiendo. Recién en 1973 se firmó el acuerdo de alto el fuego en París que dejó al Ejército de Vietnam del Sur sin el apoyo de los norteamericanos.

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Muhammad Ali confrontando con quienes lo acusaban de «cobarde» por su decisión de no ir a Vietnam. «No voy a ir a pelear por los derechos que no tenemos los negros en Estados Unidos», dijo.

Ante la decisión del boxeador se produjo una feroz pelea en los medios y se abrió una grieta entre quienes lo respaldaban y aquellos que denostaban su actitud y lo tildaban de “cobarde” por no enrolarse. “Con lo que me hacen pagar a mí de impuestos, pagan el sueldo de 50.000 soldados. Pueden comprar tres bombarderos de guerra con mis aportes”, dijo el boxeador, intentando demostrar que sí había contribuido con el gobierno para la guerra.

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Finalmente, la sanción deportiva fue contundente: el 8 de mayo de 1967 lo dejaron sin la licencia de boxeador y le quitaron el título de campeón mundial de los peso pesados. Y las consecuencias legales no fueron menos duras: lo condenaron a cinco años de cárcel y 10 mil dólares de multa por desertor.

La sentencia a prisión logró evitarla por apelaciones que fueron demorando su cumplimiento, pero el impedimento para boxear lo mantuvo alejado del ring durante más de tres años y medio.

Una imágen de la pelea de Oscar

Una imágen de la pelea de Oscar «Ringo» Bonavena contra Muhammad Alí en el Madison Square Garden, en 1971. El argentino llegó a ponerlo de rodillas, pero terminó perdiendo. (Foto: AP)

Recién en 1970 le revocaron la sanción y el 26 de noviembre de ese año volvió a pelear contra Jerry Quarray. Sin embargo, para recuperar su título mundial debió esperar mucho más: en 1974 se volvió a poner el cinturón tras derrotar a George Foreman en una icónica pelea realizada en la República Democrática del Congo.

Ali, que en 1971 derrotó al argentino Ringo Bonavena -que llegó a ponerlo de rodillas-, está considerado como uno de los mejores boxeadores de la historia y falleció el 3 de junio de 2016, a los 74 años.

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