La tensión cambiaria se acentuó en la última semana, lo que se reflejó en la escalada del dólar blue, que volvió a acercarse al récord. Hay un combo de factores que impulsa al dólar paralelo, pero en los últimos días incidió que el mercado vislumbra cada vez más lejana la salida del cepo, y las dudas sobre qué régimen cambiario habrá tras su levantamiento.
Y es que el presidente Javier Milei planteó tres requisitos para salir del cepo “Se tienen que dar tres condiciones en conjunto de cosas, como eliminar los pasivos remunerados del BCRA, terminar con los PUTs del organismo y buscar una convergencia de la inflación con la de devaluación en un entorno cercano a cero mensual”.
Respecto de los PUTs, se dio un paso clave: el Banco Central anunció la recompra de casi el 80% de los seguros sobre títulos públicos que las entidades financieras tenían en su poder. Se trata de un paso fundamental para dar solución a un factor que significaba un gran limitante a la hora de pensar en levantar las restricciones al dólar.
Sin embargo, respecto del tema inflacionario, economistas advierten que será difícil que el IPC se ubique por debajo del piso del 4% en los próximos meses.
A su vez, el ministro de Economía Luis Caputo vaticinó que “el tipo de cambio libre va a ir a converger al oficial por un tema de escasez y ese va a ser un momento más indicado para salir del cepo”. Sin embargo, los analistas consideran improbable que los dólares libres converjan al valor del oficial.
Pero los analistas vinculan también la presión sobre los dólares paralelos a que Milei agregó otra inquietud y es la indefinición acerca de que si habrá un tipo de cambio fijo o flotante tras el cepo. Y en ese sentido, las opiniones sobre cuál será el futuro régimen están divididas, aunque los expertos coinciden en que el factor clave será el nivel de reservas.
Incertidumbre por régimen cambiario
Días atrás, al disertar en el acto aniversario de la Bolsa de Comercio, Milei expresó que cuando se salga del cepo “tenemos que decidir si vamos a un tipo de cambio fijo o si vamos a flotar”.
Al respecto, el analista Christian Buteler afirmó que “a siete meses de gestión y con un gobierno que decía que tenía tres ofertas para dolarizar la economía totalmente, no tener decidido cuál va a ser tu plan cambiario cuando salís del cepo, si va a ir a un tipo de cambio fijo o flotante, es un dato negativo para el mercado”.
En sintonía, Andrés Reschini, analista de F2 Soluciones Financieras, dijo que “no tener decidido eso hace un poco de ruido”.
Milei dijo que “tenemo que decidir si vamos a un tipo de cambio fijo o si vamos a flotar”
A su vez, Martín Kalos juzgó: “hay dos regímenes posible en la práctica, fijo o flexible, o sea que lo que está diciendo es que no tiene ni idea de lo que va a proponer como política monetaria una vez que levante el cepo, lo cual es rarísimo, pero está claro que viene de la mano de que tuvo que claudicar con su idea de campaña de dolarizar,y ahora tiene que cambiar un poco la marcha”. Pero,insistió en que “es raro que diga tenemos que decidir alguna de las dos opciones que hay ,porque no es que hay tres o cuatro y descartó las otras”.
En este contesto, el analista financiero Gustavo Ber auguró que “hasta que se reduzca la incertidumbre sobre el régimen cambiario a futuro, los dólares financieros y libre podrían extender el reacomodamiento ante una mayor dolarización”.El experto aseveró que “una suba en las tasas podría contribuir a una mayor estabilización” de los dólares paralelos, aunque prevé que que “mientras los inversores no cuenten con mayor claridad sobre el camino podría extenderse la mayor volatilidad”.
Tras cepo al dólar:¿tipo de cambio fijo o flexible?
El economista Amilcar Collante remarcó en su cuenta de la red social X que “la pregunta de fondo antes de responder sobre la apertura del cepo es a qué régimen cambiario y monetario vamos”. Y afirmó: “El BCRA no tiene dólares disponibles en las reservas netas. Por eso el régimen dependerá de cuántos dólares logren conseguir”.
“Si consiguen muchos dólares (por ejemplo más de u$s15.000 millones) la competencia de monedas terminará en una neo-convertibilidad / tipo de cambio fijo. Si los dólares que consiguen están en un nivel bajo (hasta u$s5.000 o u$s6.000 millones, la realidad los lleva a un régimen más flexible (flotante) pero para funcionar se debe utilizar fuertemente la tasa de interés”, planteó
Y sostuvo que “en el escenario intermedio (por ejemplo u$s 8.000 millones) podría ir a un régimen de flotación sucia con un BCRA interviniendo activamente en el mercado de cambios ( con un rango explícito o implícito), y con menor uso de la tasa de interés”.
Kalos también aseveró: “Qué tipo de cambio convenga depende de un montón de factores, primordialmente con que reservas internacionales cuentes para defender tu tipo de cambio fijo, o para que no estalle el tipo de cambio flexible,cuando digo estalle me refiero que haya una corrida que haga devaluar abruptamente y tenga impacto en precios, una exacerbación de la inflación, una depresión aún mayor del nivel de actividad, etc”.
Para analistas, el nivel se reservas será un factor clave para definir régimen cambiario tras abrir el cepo
“La decisión depende mucho del nivel de reservas y de cómo armes la estructura fiscal, monetaria, cambiaria y qué nivel de confianza le puedas dar. Porque si el tipo de cambio fijo es creíble aunque tengas pocas reservas, lo podés mantener. Y si el tipo de cambio es flexible pero no es creíble, igual va a volar, porque te van a demandar esos dólares“, explicó.
Y acotó que “también depende de cuál sea el punto de partida: si es un tipo de cambio muy apreciado y uno lo quiere defender como tipo de cambio fijo, requeriría muchísimas reservas“.
¿Qué régimen cambiario ven tras el cepo?
Carla Alegre, investigadora del Centro de Estudios Económicos Argentina XXI, consideró que “lo ideal siempre es un esquema de tipo de cambio completamente libre, y más para un gobierno que considera a la libertad de precios como sagrada; pero los factores que determinan el régimen cambiario no es tanto la ideología sino las circunstancias”.
“Aún hay una herencia de desequilibrios económicos a ordenar, tampoco hay todavía una sólida cantidad de reservas internacionales, una deuda externa a largo plazo difícil de afrontar y una historia reciente de Argentina de baja credibilidad sobre la perdurabilidad de las reformas estructurales. En ese sentido, creemos que pesarán más las circunstancias, y el ministro Caputo induce guiar su política cambiaria a un modelo fijo“,fundamentó.
Por su parte, Maximiliano Ramírez, economista de Sur Americana Visión opinó que “una vez que liber+as el cepo, con la licuación que hiciste y el saneamiento de los pasivos del BCRA y dado que lo el gobierno va a buscar tratar de mantener inflación baja, creo que en estas condiciones un tipo de cambio fijo sería mejor que un tipo de cambio flotante. Especialemnte en un contexto donde tenés escasez de dólares, porque si a las reservas netas le restás los depósitos del Gobierno y el BOPREAL hoy están negativas”.
A su vez, Pablo Repetto, jefe de Research de Aurum Valores señaló: “No descarto que piensen, en el momento de sacar el cepo, hacer un ajuste del tipo de cambio y lo dejen fijo por algún tiempo para consolidar la baja de la inflación ; y, eventualmente, en una segunda etapa a partir de en abril de 2025 -cuando empiecen a ingresar los dólares de la cosecha-, dejarlo flotar“.
El dólar blue cerró el viernes a un récord de $1.500 y analistas dicen que incertidumbre sobre régimen cambiario incide en la tendencia alcitsta
Por su parte, Joaquin Marque, director de UG Valores evaluó que “teniendo en cuenta los desequilibrios heredados, y que aún persisten en materia macroeconómica un tipo de cambio fijo, solo podría ser posible con un gran ingreso de divisas, que por el momento no se observa”. Y alegó que “el tipo de cambio fijo tiene grandes beneficios para países con historial inflacionaria como Argentina, ya que obliga a mantener disciplina fiscal y monetaria, así como lograr más rápidamente estabilizar los precios, ayudando a alinear en el corto plazo las expectativas de los agentes económicos”, alegó.
Pero Marque resaltó que, “como contrapartida, el BCRA pierde una herramienta importante para hacer política monetaria a través de la tasa de interés frente a desequilibrios macroeconómicos, como también te quita flexibilidad para poder utilizar a la moneda como instrumento de competitividad frente a tus socios comerciales”.
Según su visión, “un desdoblamiento cambiario con tipo de cambio financiero fijo, podría ser el proceso cambiario intermedio entre ambos, para ir liberando restricciones que permitan una convergencia en los diferentes tipos de cambio, a medida que se vayan acumulando reservas y logrando la estabilidad macro de todas las variables”. Y estimó que “podría tener éxito partiendo de una brecha cambiaria baja y estableciendo plazos para la convergencia de ambos tipos de cambio”.
Ber argumentó que “un tipo de cambio fijo, para el cual se podrían requerir más reservas para que no sea demasiados alto, tendría la ventaja de reducir rápidamente la inflación, pero podría generar problemas de competitividad en el tiempo segun la dinámica interna y externa” mientras que “un tipo de cambio flexible, aún administrado, podría otorgar como principal beneficio una mayor capacidad a la hora de gestionar la política económica y los ciclos.”
En cambio, Buteler evaluó que “lo ideal para una economía como la Argentina es un tipo de cambio flexible, porque el tipo de cambio fijo necesitas una cantidad de dólares que no creo que pueda conseguir, salvo establezcas a un valor ridículamente alto”. Y razonó: “Un tipo de cambio fijo podría llegar a ser mejor para anclar bien las expectativas, pero no veo que tengamos la posibilidad de conseguir los dólares para abrir el cepo y para a un esquema cambiario fijo”.
Para el operador Gustavo Quintana, “el tipo de cambio fijo ya demostró que no sirve y que alienta siempre expectativas de cambios en el mercado que presionan sobre la cotización, no me parece que la filosofía de este gobierno derive en un sistema con tipo de cambio fijo”.