El mercado comenzó un camino de recuperación de las reservas, que se dio en el marco de un efecto combinado de nuevo financiamiento, revaluación del yuan, aumento del oro y compra de dólares en el mercado.
Las reservas suman u$s27.382 millones; en lo que va de agosto compró u$s147 millones, y puede salir de la ventana de sequía que significo julio con ventas por u$s138 millones, y junio con ventas por u$s47 millones.
Inflación, dólares y reservas: así influyen en el precio de los bonos
Al 31 de mayo, el dólar MEP valía $1.215, mientras que el jueves cerró en $ 1.310, y alcanzó su pico máximo el 2 de julio, cuando llegó a $1.428. En breve lo volveremos a ver cerca de los $1.200.
La inflación entre agosto del año 2024 y noviembre del año 2023 se ubicaría en el 140%; el dólar cuando asumió Javier Milei estaba en $1.000. El que aposto al dólar perdió una fortuna: hoy debería estar $2.400 y apenas vale $1.310.
Si el Gobierno sigue comprando reservas, veremos que los bonos soberanos comenzarán un proceso de recuperación en precio. El bono AL35 llegó a cotizar u$s50,75 el 8 de abril; con fecha jueves 8 de agosto su cotización cerro en u$s41,45, consolidando un piso en la zona de u$s40. Este bono paga una renta semestral de u$s2,06 entre el año 2025 y 2027, una renta del 2,37 semestral en el año 2028, y una renta semestral de u$s2,50 entre los años 2029 y 2030, para comenzar a pagar amortización a partir del año 2031.
El bono AL35 tiene una tasa interna de retorno del 19,4% anual a una cotización de u$s41,45. Si la cotización se ubicaría en u$s50, la tasa interna de retorno sería de 15,9% anual. Si la cotización se ubicara en u$s52, la tasa interna de retorno sería de 15,2% anual. En este último caso, la suba del bono sería del 25% en dólares, una verdadera ganga.
En la medida que el Banco Central demuestre que tiene capacidad para comprar dólares en el mercado, el apetito de los inversores crecerá por comprar bonos locales. Aún quedan por vender 33,2 millones de toneladas de soja, y 28 millones de toneladas de maíz, si bien no todo se liquida, porque hay un pequeño porcentaje que se deja para semilla, y un stock que pasa para la próxima campaña, resta bastante por liquidar, y dólares por ingresar al sistema. En setiembre comienza la siembra del maíz, y en octubre la soja, algo se liquidará para enfrentar los gastos de campaña.
La baja del Índice de Producción Industrial (IPI) lleva intranquilidad a los inversores, es necesario que la actividad vuelva a crecer. Las apuestas están hechas en el blanqueo y la moratoria. Se corrió una vez más el vencimiento del impuesto a las ganancias y bienes personales. El Gobierno toma a cada paso nuevos desafíos, si sigue logrando superávit fiscal, el Banco Central compra dólares, y las reservas suben, la caída del riesgo país está a un paso.
Los nubarrones en la cosecha
El clima le está jugando una mala pasada al campo, si bien no tendremos un pronóstico de niña, el clima seco que se avecina para los próximos meses podría traer heladas tardías en primavera, y heladas tempranas en el otoño. Esto afectará a los cultivos, disminuirá las pasturas, y pegará de lleno sobre la actividad agrícola y ganadera.
La soja no para de caer en los mercados mundiales, algo parecido sucede con el maíz y el trigo. Desde el año 2022 a la fecha, las cotizaciones no paran de caer, la invasión de Rusia a Ucrania abrió un periodo de contracción, ante la posibilidad de una expansión del conflicto bélico. Si a esto le sumamos los problemas en Medio Oriente, nada hace presumir que en breve el mundo pueda tener una recuperación económica, que invite a una suba del consumo y a la recuperación de las materias primas agrícolas.
¿La recuperación de la economía y las inversiones, a la vuelta de la esquina?
La mejora en las calificaciones a los bancos argentinos hicieron subir al índice Merval. No debemos dejar de lado que las empresas energéticas mostraron una mejora sustancial en sus balances. Transportadora Gas del Sur ganó en el primer trimestre del año 2024, una suma superior a lo que había ganado durante todo el año 2023. Se terminaron los subsidios, las empresas comenzarán el camino de la capitalización y mayor inversión privada.
El mundo sigue siendo un signo de interrogación. En Estados Unidos acecha el fantasma de la recesión, la Reserva Federal, si baja la tasa de corto plazo, puede transformarlo en un aterrizaje suave, eso beneficiaría a los mercados emergentes.
El Banco Central está comprando dólares en agosto, las reservas están mejorando, esto podría disparar órdenes de compra sobre bonos argentinos, si baja el riesgo país estamos más cerca de surfear los problemas derivados de la falta de financiamiento.
Más temprano que tarde se viene el crédito con garantía del oro (u$s4.700 millones) de las reservas del Banco Central, eso le daría más liquidez al gobierno. Los bancos están virando su política crediticia, desarman las LEFI, y pasan a engrosar su cartera de financiamiento, especialmente el crédito a individuos.
Si los salarios siguen aumentando, la inflación bajando, el gobierno mantiene el superávit de pesos y dólares, la recuperación de la economía argentina está a la vuelta de la esquina. Los bonos soberanos en dólares con vencimiento al año 2035 rinden el 20% anual. Los bonos con garantía del Banco Central al año 2026 rinden el 25% anual, y un bono en pesos ajustado pro inflación con vencimiento en febrero del año 2025 rinde inflación más 11,0%. Solo los bonos en pesos que ajustan por el dólar mayorista con vencimiento en marzo del 2025 tienen tasa de retorno negativa del 7,0% anual.
No son los dólares la alternativa de inversión. Los bonos con recupero de inversión entre 8 y 4 años, son las mejores alternativas para esta coyuntura. En todo movimiento alcista de mercado, primero suben los bonos, luego las acciones líderes, y más adelante las acciones del panel general. Hoy es un buen momento para apostar por bonos.