Donald Trump regresa a la Casa Blanca tras imponerse a Kamala Harris en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, generando diferentes repercusiones en los mercados internacionales. La victoria del republicano despierta interrogantes sobre el futuro del comercio exterior de Argentina y sus implicancias en la economía nacional. Un nuevo mandato de Trump podría generar cambios geopolíticos y provocar modificaciones en los precios de las materias primas.
Un segundo mandato de Trump se presenta con posibles efectos variados sobre Argentina. Teniendo en cuenta la afinidad ideológica con el presidente Javier Milei, podrían facilitarse las conversaciones con organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI). La expectativa es que un apoyo de Estados Unidos, liderado por Trump, se traduzca en un acuerdo más generoso en términos de adelanto de fondos y montos otorgados. Sin embargo, este panorama también trae consigo riesgos que no pasan desapercibidos.
Por lo pronto, “La victoria de Trump fue tomada positivamente en el mercado de bonos argentinos”, dijo el economista jefe del Grupo SBS, Juan Manuel Franco, en un análisis de voz publicado en sus redes sociales, ya que los bonos soberanos argentinos treparon entre 1 y 2 % en lo que va de la jornada.
En la misma línea, el índice de riesgo país de Argentina, descendió a 872 puntos básicos este miércoles, por debajo de los 933 de la víspera y en el mínimo nivel de la presidencia de Milei.
“En el mapa político de Latinoamérica, el aliado político de EEUU, por Milei, es Argentina”, explicó Franco, quien enfatizó: “Argentina sería el principal aliado, hoy por hoy”.
Sin embargo, la política comercial proteccionista de Trump, que incluye la imposición de tarifas agresivas a las importaciones y recortes de impuestos internos, podría afectar la estrategia de estabilización cambiaria del gobierno argentino. Estas medidas podrían fortalecer el dólar estadounidense, impactando negativamente en los países emergentes. La correlación inversa entre un dólar fuerte y el precio de los commodities representa un desafío importante para Argentina, especialmente considerando el rol de las exportaciones en la economía.
El impacto sobre las exportaciones de productos agropecuarios también se perfila como un punto crítico. En la última guerra comercial entre Estados Unidos y China en 2018, Argentina experimentó caídas en los precios de commodities como la soja. Una reactivación de estas tensiones, una hipótesis creciente a partir de la victoria del republicano, podría desencadenar un escenario similar, donde la demanda global se desvíe y los precios fluctúen a la baja.
Una escalada en las disputas comerciales entre Estados Unidos y China podría afectar a Argentina como vendedora de productos al mercado chino. Una situación de ese estilo podría repercutir en las exportaciones y agravar la situación económica local.
La política ambiental también es un elemento que podría influir en el comercio exterior argentino. Durante su presidencia anterior, Trump mostró un enfoque que favorecía la industria de los combustibles fósiles, impactando la dinámica de los biocombustibles y productos relacionados. Un retorno a este tipo de medidas podría ser desfavorable para sectores que dependen de la exportación de aceites vegetales y otros derivados.
Los mercados anticipan que un segundo mandato de Trump podría alargar el actual rally de los bonos argentinos debido a la expectativa de un apoyo político en las negociaciones con el FMI. Sin embargo, el fortalecimiento del dólar podría contrarrestar este beneficio, encareciendo el costo de financiamiento y reduciendo la competitividad de las exportaciones.
El fortalecimiento del dólar, consecuencia de las políticas republicanas proyectada por los especialistas, podría llevar a una baja en los precios de commodities, afectando directamente la rentabilidad de sectores clave de la economía argentina. Este escenario traería presiones adicionales a la estrategia cambiaria local y podría generar dificultades para mantener la competitividad en los mercados internacionales.
El regreso a una política enfocada en acuerdos bilaterales y un alejamiento de las soluciones multilaterales podría limitar las oportunidades de cooperación regional e internacional. La relación con el Mercosur y el postergado acuerdo con la Unión Europea podrían verse impactados por el viraje en la política exterior estadounidense.
El desenlace de las elecciones en Estados Unidos marca un punto de inflexión a partir del cual Argentina seguramente deba adaptar sus estrategias de comercio exterior a las nuevas realidades globales. La balanza entre oportunidades y riesgos queda abierta en este nuevo escenario político.