La Laguna (Tenerife), 8 nov (EFE).- La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha reclamado este viernes que no se aplique el Código Penal Militar a los agentes del instituto armado salvo en contadas ocasiones, ya que, según esgrime, el 99 % de sus funciones son policiales, no militares.
El secretario de organización de AUGC, Pedro Carmona, ha recordado en rueda de prensa que en 2007 se modificó el artículo 5.1 del Código Militar Penal de modo que solo era aplicable para la Guardia Civil en contadas excepciones: en tiempo de conflicto armado, en estado de sitio, en el cumplimiento de misiones de carácter militar que se les encomienden o mientras se encuentren integrados en Unidades de las Fuerzas Armadas.
Pero en 2016 se revirtió esta medida y desde entonces los mandos de la Benemérita disponen de “una herramienta de abuso de poder, de autoridad, para tener coaccionados a los agentes”, lo cual supone “una anomalía en el estado de derecho”.
Pedro Carmona y otros cargos de AUGC han señalado que la mayoría de las incidencias se pueden tramitar a través del régimen disciplinario de la Guardia Civil, que ya de por sí es “bastante duro”, o del Código Penal ordinario, cuando corresponda.
Pero un proceso militar, han insistido, “puede acarrear duras consecuencias”. “No es la primera vez que entra alguien en la cárcel por una disputa entre compañeros”, ha deslizado Carmona, quien ha celebrado que gracias a la presión de AUGC los mandos del cuerpo “ya no actúan tan a la ligera”.
El motivo de dar la rueda de prensa este viernes en Tenerife ha sido para exponer el caso de un agente que estando destinado en Playa de las Américas, en el sur de la isla, sufrió un accidente de tráfico el pasado verano.
Vanesa del Castillo, secretaria general provincial de AUGC en Santa Cruz de Tenerife, ha explicado que a este compañero, estando de baja no inhabilitante, se le denegó la movilidad de residencia y le abrieron un expediente disciplinario por una falta leve cuando se desplazó a su domicilio en la península.
Ha detallado que viajaba de regreso a la isla para aportar los partes médicos cada diez días, como se le había exigido, y que en todo momento estuvo disponible y que “no dejó de atender llamadas”.
Sin embargo, al día siguiente de que le fuera concedido el cambio de destino, de Tenerife a Guadalajara, el mando instructor del expediente decidió llevar el caso a un juez togado.
“Siendo falta leve lo pasan a delito”, ha sintetizado Pedro Carmona, quien ha reseñado que en el Código Penal Militar un mando tiene “rango de veracidad sobre sus subordinados”.
Además de ser “un duro trance psicológico y familiar” la posibilidad de entrar en una cárcel, este tipo de procedimientos son “una mancha en el expediente profesional para toda la vida”, que afecta a ascensos, cursos y destinos.
Desde la AUGC confían en que este compañero sea finalmente absuelto, si bien advierten de que hasta que se celebre el juicio podrían pasar dos años. EFE