Después de que en la noche del lunes se pasara a un cuarto intermedio por la negativa del gremio de pilotos a firmar un acuerdo, las autoridades de Aerolíneas Argentinas volvieron a reunirse con este sindicato y los dos más que quedan sin firmar la paritaria para que cedan algunos beneficios a cambio de una mejora en la propuesta salarial. Tras más de siete de horas reuniones, las distintas fuentes consultadas por LA NACION coincidían en hablar de un principio de acuerdo entre la aerolínea y los gremios, y que incluso se aprestaban a firmar las actas del mismo.
A lo largo de este martes las reuniones se sucedieron entre la empresa y los gremios. Las autoridades de la firma analizaban luego las propuestas de cada sindicato, que esperaban la respuesta en compartimentos separados. “Estamos mejor”, decían desde Aerolíneas en el final de una larga jornada.
De los tres gremios que intervenían en la discusión, el que parecía más trabado, según relato de fuentes al tanto de las negociaciones era la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), en tanto que la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) y la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), estaban más encaminados, aunque todos acercándose al acuerdo.
El trasfondo de la discusión son una serie de puntos de los convenios para hacer más productiva a la compañía. De lo contrario, advirtió el Gobierno, la línea de bandera presentaría el Procedimiento Preventivo de Crisis de Empresa (PPCE).
La opción del PPCE era la que tomaba más fuerza dentro de la Casa Rosada en la tarde del lunes, aunque algunos funcionarios consultados por LA NACION no descartaban la posibilidad de cerrar la compañía si no había resultados positivos en la negociación. La alternativa de la privatización, aunque arengada públicamente por el Gobierno, en privado era admitida como prácticamente imposible ante la falta de interesados en adquirir la empresa. “No va a haber ninguna oferta real hasta que no se modifique el convenio colectivo de trabajo”, afirmaban desde el Poder Ejecutivo.
A partir de las 15, Aerolíneas recibió nuevamente por separado a los gremios que encabezan Pablo Biró (APLA), Edgardo Llano (APA) y Juan Pablo Brey (Aeronavegantes).
A cambio de una mejora en la propuesta salarial (se hablaba de un aumento del 14%), los gremios analizaban ceder algunos puntos convencionales como los remises para el traslado de sus afiliados, los tiempos de servicio y de vuelo que le agregan una hora y media de paga a su jornada laboral, los asientos de descanso en business, el día de cumpleaños libre y la opción de no aceptar tomar un vuelo reprogramado.
Fuentes de la compañía dijeron que desde la semana pasada se estaba preparando la documentación que hay que presentar para el procedimiento preventivo de crisis, en caso de que decidieran hacerlo.
De acuerdo con la ley N°24.013, el PPCE debe tramitarse antes de la comunicación de despidos o suspensiones por razones de fuerza mayor, causas económicas o tecnológicas, y cuando la propuesta del empleador para superar la crisis incluya un alto porcentaje de reducción de la planta de personal (más del 15% de los trabajadores en empresas de menos de 400 empleados, más del 10% en empresas de entre 400 y 1000, y a más del 5% en empresas de más de 1000 empleados).
Según cifras oficiales, desde que comenzó la presidencia de Javier Milei, Aerolíneas Argentinas desvinculó a 1334 trabajadores para llegar a una planta compuesta por 10.592 personas. En la empresa conviven otros dos gremios: la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales (UPSA) y la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), que ya firmaron la paritaria. Los otros tres gremios reclaman una recomposición de entre el 25% y el 70%, cuando Aerolíneas ofrecía un 11%, en línea con el aumento de los empleados estatales.
Con la colaboración de Cecilia Devanna
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