La decisión del gobierno de Javier Milei de poner en suspenso el tratamiento del Presupuesto 2025 tensó la relación de la Casa Rosada con los gobernadores de los distintos espacios políticos y, por extensión, también con el Congreso, a quienes en paralelo intenta presionar con un posible llamado a sesiones extraordinarias pero para tratar solo la reforma política.
El oficialismo quiere despejar la sospecha sobre la supuesta intención de dar por caído el Presupuesto, con un ojo puesto en el posible comportamiento del mercado financiero, donde Milei disfruta por estos de un clima optimista entre la caída del riesgo país por debajo de los 800 puntos, el achicamiento de la brecha cambiaria a niveles de 2019 y buenas cotizaciones. Es un escenario que le juega a favor para consolidar la imagen de su gestión ante los ojos del electorado.
En ese contexto, el estancamiento de la negociación por el Presupuesto 2025 abrió un interrogante sobre la posibilidad de que el mercado reaccione negativamente si se confirmara que el Gobierno no pudo aprobar la ley que le pone un marco y le fija un rumbo más o menos claro a la política económica.
Se trata de un riesgo que el Ejecutivo empezó a poner en la balanza en los últimos días. La administración de Milei no quiere que nada le arruine el “veranito financiero” y por eso en la Casa Rosada aclaran que el Presupuesto “todavía no está caído” y que siguen “dialogando para destrabarlo”, según supo iProfesional de fuentes oficiales.
No obstante, están decididos a endurecerse en la negociación para moderar las condiciones que ponen los gobernadores. Por eso agitaron la posibilidad de no convocar a sesiones extraordinarias, que sería igual a dar por cancelado el tratamiento del Presupuesto, y preparan otra jugada complementaria: lanzar la convocatoria, pero solo para tratar la reforma del financiamiento de los partidos políticos y la anunciada eliminación de las elecciones primarias (PASO).
El plan de Javier Milei para negociar el Presupuesto 2025 bajo sus términos
Los gobernadores intentan aprovechar la presión adicional “del mercado” para ver si pueden vencer la intransigencia que, según afirman, muestra Milei ante todos sus planteos, aunque son los que menos quieren que el Presupuesto naufrague porque se quedarían sin garantía alguna de fondos para sus provincias y sometidos otro año a la discrecionalidad de la lapicera presidencial.
La mesa chica de Milei tiene muy en cuenta esto y por eso tensan la cuerda al máximo. La intención del Ejecutivo es que los gobernadores moderen los reclamos que elevaron por fondos coparticipables y otros recursos para las provincias que hasta ahora no figuran en la llamada “ley de leyes”. Los consideran excesivos.
“Si diéramos por muerto al Presupuesto, ya lo habríamos dicho”, comentan en uno de los despachos de la Casa Rosada, al tiempo que aseguran que quieren destrabarlo para tratarlo en extraordinarias, pero aclaran que esa convocatoria existirá solo “si hay consenso” y que eso se va a dar “cuando entiendan que no hay plata”. Ahora evalúan un cambio en ese sentido.
La estrategia del Gobierno para lograr eso sería tensar al máximo la cuerda. Para ello, avanzarán como si nada ocurriera con el envío al Congreso del anunciado proyecto para eliminar las PASO, junto otra iniciativa para eliminar el financiamiento público de las campañas electorales y modificar el piso de afiliados de los partidos políticos para competir en elecciones.
La jugada, detrás de la cual está el poderoso asesor presidencial Santiago Caputo, se completaría con la incorporación de esa reforma política a las sesiones extraordinarias pero sin confirmar la inclusión del Presupuesto, como reclaman los gobernadores y todos los bloques de diputados, en el temario. Así, estiraría el suspenso sobre el tratamiento del cálculo de gastos y recursos para 2025 y jugaría un poco más con la ansiedad de los gobernadores.
La reforma política para eliminar las PASO: ¿puede avanzar o es parte de la negociación de fondo?
El gobierno de Milei siempre tuvo la intención de eliminar las PASO con el argumento de generar un ahorro para el Estado de casi $50.000 millones -según lo que costaron en 2023- y la negociación sobre el Presupuesto 2025 es una oportunidad para poner este tema en discusión, más allá de incomodar a “la política” con las reformas sobre los partidos políticos y su financiamiento en campaña.
Sin embargo, es altamente improbable que el Gobierno pueda eliminar las PASO porque la idea ya fue varias veces rechazada por casi todos los bloques de la oposición dialoguista. Por caso, el PRO ya le hizo saber meses atrás a la Casa Rosada que no está de acuerdo con suprimir las primarias y esa postura se mantiene al día de hoy, según pudo constatar iProfesional.
En el oficialismo deslizan que tal vez podrían conseguir el apoyo del peronismo para eliminar las primarias. De hecho, los gobernadores de ese partido han intentado sin éxito en años anteriores suprimir esa instancia electoral. No obstante, en el clima actual que hay en el Congreso nada es seguro.
Por ese motivo, en la oposición dialoguista consideran que la jugada sería una pata más de la estrategia de presión que despliega el Gobierno para lograr mejores condiciones en la negociación del Presupuesto 2025 y, de ser posible, dejar afuera muchas de las modificaciones que reclaman los gobernadores y los legisladores que les responden.
¿Qué reclaman los gobernadores y cuál es la postura frente a la intransigencia del Presidente?
A grandes rasgos, los gobernadores reclaman que la Nación cancele las deudas con las cajas previsionales de las provincias; la devolución del 1,9% de los impuestos coparticipables que se usaba para financiar la ahora disuelta AFIP; la distribución del Fondo de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) que el Ejecutivo no usa; la compensación del Pacto Fiscal de 2017 y la coparticipación del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL).
El Gobierno nacional, hasta ahora, no cede en ninguno de esos puntos, según deslizan allegados a los gobernadores. “La intransigencia es con todos sin distinción, a nuestros gobernadores tampoco le contemplaron ningún pedido”, señaló a iProfesional una fuente del PRO que sigue de cerca las conversaciones que se dan entre la Casa Rosada, las provincias y el Congreso.
En la UCR confirman esto, pero cerca de un gobernador de diálogo fluido con el Ejecutivo nacional señalaron a este medio que no creen que las negociaciones “se hayan cerrado” y apuntan: “A ninguno le conviene no tener Presupuesto, ni a nosotros ni tampoco a Milei, porque no es una buena señal para los mercados”.
Los jefes provinciales tienen muy en cuenta ese factor porque saben que podría ser el único que ablande la postura del oficialismo. Por eso algunos de ellos también empiezan a mostrarse intransigentes. En el bloque de diputados del PRO, que mantiene una relación oscilante con el Gobierno (más si insiste con eliminar las PASO) dicen que quieren que haya Presupuesto pero que acompañarán “si y solo si están incluidos los pedidos” de sus “gobernadores e intendentes”.
Así, Javier Milei y los gobernadores entran en una especie de “juego de la gallina”, donde pierde el que cede primero. La pulseada por el Presupuesto 2025 se asemeja cada vez más a la que se dio con la Ley Bases y ahora, la idea del Gobierno de empujar la reforma política en sesiones extraordinarias se suma al enredo de esa negociación que se complejiza a medida que se agota el tiempo.