Carlos Heller considera “autoritaria” la forma unilateral en la que Javier Milei se relaciona con el Congreso, lo que podría hacer naufragar el proyecto de presupuesto 2025. “Los gobernadores pidieron garantías de cinco cosas a incluir en el presupuesto, que hacen a necesidades elementales, pero el Gobierno respondió ‘no se cambia ni una coma’”. “Llegamos a una situación contradictoria: el hecho de que con una minoría, de un tercio, se pueda impedir la voluntad de una mayoría, de dos tercios”, criticó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Carlos Heller es diputado nacional, presidente del Partido Solidario y del Banco Credicoop. Fue presidente, además, de la Asociación de Bancos Públicos y Privados, y vicepresidente del Club Boca Junior entre 1985 y 1995.
¿Qué panorama evalúa con la situación actual en el parlamento, con la discusión del presupuesto 2025 completamente empantanada? ¿Qué podría significar esto a futuro?
Esto no les gusta a los autoritarios
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Creo que esto hay que entenderlo en el contexto de todo lo que este Gobierno viene haciendo en materia de subestimación del rol del Parlamento. Hay que remitirse a aquella imagen del día que asumió, mirando a la calle, de espaldas al Congreso. Ese día nos dijo que iba a gobernar de espaldas al Congreso.
No hay discurso casi en el que no denueste a los legisladores, diputados, senadores. “Casta”, “degenerados fiscales” y qué sé yo cuántas otras cosas que dice de manera recurrente. Todo el mecanismo de los vetos, tratando de instalar como “normal” lo que yo diría que es una “anormalidad institucional severa”, que es pretender gobernar sin el equilibrio de poderes que representa respetar la opinión del parlamento, a mi juicio, el poder más democrático de los tres, por su composición, representación territorial y sectorial, la forma en que se renueva, etcétera.
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Además, el Presidente lo dice, “mando este proyecto y si lo rechazan lo veto”. Instalando un concepto de no respeto de la opinión del parlamento que se pretende naturalizar. Escuchamos, incluso, al jefe de Gabinete, decir con toda naturalidad “esto es lo que el Presidente quiere que se apruebe”. Insinuando que el parlamento no tiene que poner ninguna traba a los deseos del Presidente. Estamos en una situación compleja desde el punto de vista de la institucionalidad democrática. Analizar hechos aislados, por importantes que sean, sin ponerlos en ese contexto, es más complicado.
¿Se imagina un tercer año sin presupuesto? ¿Esto podría terminar en una judicialización que cuestione el hecho de gobernar sin presupuesto de manera sostenida?
No me animo a dar una respuesta de ese tipo, no soy abogado. No hay antecedentes de esto. Hay antecedentes de que haya ocurrido durante un año…
Sí, como Alberto Fernández…
Cristina también. Pero no hay antecedentes de dos años consecutivos sin presupuesto. De tres, menos.
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Le preguntaba porque, casualmente, no es lo mismo gobernar con el presupuesto del año anterior si hay cierta estabilidad económica y las partidas por lo menos no pierden su valor, que teniendo una inflación de más del 100%. Es decir, los números de 2022 realmente son insignificantes respecto a 2024 y 2025…
Obvio. El Gobierno intenta tener la mayor discrecionalidad posible y el menor control y límite del parlamento cuyo rol es, entre otras cosas, poner límites al Poder Ejecutivo. Por eso los proyectos del ejecutivo van al parlamento. Porque en el parlamento están representadas las provincias, el pueblo a través de los territorios, sectores sociales, culturales, científicos; todo lo que representa una sociedad con todas sus complejidades. Esa simplificación que intenta imponer como modo de gestión este Gobierno es antidemocrática, sin duda.
Ayer entrevistamos a Miguel Ángel Pichetto, quien se mostraba optimista respecto a la construcción de un grupo de 100 diputados que pudieran mantener una unidad opositora. Hablaban de la idea de la oposición generadora de quórum, en una especie de contradicción entre el papel opositor declamado y el real. ¿Ve que se está construyendo una masa crítica de alrededor de 100 diputados con una actitud contraria al Gobierno?
Nosotros tenemos 99, así que se ve que Pichetto no está contando con nosotros.
Si hubiera cien más…
Hay que ver de qué manera piensa Pichetto armar ese número. De cualquier manera, en las sesiones especiales, aquellas que se conforman a pedido de algún sector, es de práctica parlamentaria que la conformación del quórum es una responsabilidad del que pide la reunión. Es parte de ese juego.
De cualquier forma, lo que tenemos por delante es una incertidumbre muy grande, porque efectivamente hay una cantidad de diputados y diputadas que, yo diría, tienen un dilema. Quisieran apoyar más al Gobierno y no los dejan. Porque les plantean situaciones que los ponen en encrucijadas, en temas como el del presupuesto, que es un ejemplo muy claro. Los gobernadores “dialoguistas”, para utilizar un término que se ha empleado, porque dialoguistas son todos, pidieron garantías de que cinco cosas a incluir en el presupuesto, que hacen a necesidades elementales para no depender luego del uso discrecional de los recursos del Poder Ejecutivo. La respuesta fue contundente: “no vamos a cambiar ni una coma”.
Por lo tanto, pareciera que todos aquellos que no estén dispuestos a apoyar de manera incondicional los objetivos, métodos y propuestas del Poder Ejecutivo, deberían ir construyendo coincidencias para poder trabajar en el plano legislativo. Cosa que hemos hecho, como con las jubilaciones y otras varias que se aprobaron, que luego fueron vetadas por el Poder Ejecutivo y se cayeron, porque con el famoso tercio, llegamos a una situación contradictoria: el hecho de que con una minoría, de un tercio, se pueda impedir la voluntad de una mayoría, de dos tercios.
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Cristina Kirchner, el año pasado, caracterizó la campaña electoral como de “tres tercios”. Esos tres tercios se convirtieron, mediante el balotaje, en dos medios, que luego también se expresaron en el Congreso. Mi pregunta es si se está gestando nuevamente un escenario de tres tercios, porque lo que estaba sucediendo es que se repetía lo del balotaje, logrando más del 50%, por ejemplo, para votar la ley Bases. ¿Está ocurriendo que el sector dialoguista, al no conseguir nada, se aleja y se reconfigura nuevamente un escenario de tres tercios?
Lo que pasa es que esos tercios se van a convertir siempre en dos medios a la hora de votar, porque se gana con mayorías.
Entonces, hay que construir coincidencias. No significa que uno saca el 100% de lo que aspiraba. Concede cosas, el otro concede otras, y se construye una mayoría que es la que se requiere para poder aprobar una ley. Y si querés evitar el riesgo del veto, hay que trabajar para construir mayorías que tengan dos tercios. Mayorías invencibles frente al veto.
Pareciera que si el Gobierno no le cede nada a los dialoguistas se podrían empezar a construir.
Es probable, porque en la intransigencia…
Es lo que explicaba yo con el caso de los gobernadores, que pedían bastante poco. El Gobierno les dice algo como “vótenme el presupuesto que luego yo con discrecionalidad le voy a atender sus necesidades”, y los gobernadores le responden algo como: “mire, a ‘Seguro’ se lo llevaron preso, póngalo en el presupuesto, porque no quiero depender de su discrecionalidad”. El Gobierno responde que no se cambia “ni una coma”, “o se aprueba lo que traemos o no hay presupuesto”…
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Claudio Mardones: Con respecto a la Ley de Ficha Limpia, hay dos dictámenes en danza, el de mayoría, que busca evitar que haya candidatos con una condena en segunda instancia, y el de Unión por la Patria, de minoría, que establece la imposibilidad de ser candidato cuando se tiene una condena firme. ¿Qué perspectiva tienen de la sesión de hoy? ¿Habrá o no habrá sesión? ¿Afectarán las palabras de Espert de ayer la posibilidad de que se sesione?
Todavía no estoy en el Congreso, pero es muy probable que algo de eso suceda, por el discurso que se instaló ayer en el parlamento, en los distintos bloques, a partir del retiro del tratamiento del presupuesto.
Si lo vemos atentamente, Espert dijo: “Si llegamos a acuerdos, el Poder Ejecutivo estaría dispuesto a considerar la posibilidad de convocar a sesiones extraordinarias”, así lo dijo.
Nosotros no vamos a dar quórum. Vamos a entrar al recinto si el quórum se constituye, nuestro bloque no va a dar quórum. Entendemos que el quórum es una responsabilidad del que convoca. Si ellos logran 129 sentados, nosotros sumaremos los nuestros, comenzará el debate y veremos a qué conclusión se llega.
No me extrañaría que ocurra aquello que usted menciona, porque ayer pude percibir, en distintos sectores del parlamento, un fastidio, un disgusto, una subestimación con esta actitud autoritaria del oficialismo de “se aprueba lo nuestro sin cambiarle una coma o nada”. Es la negación de la democracia.
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CM: ¿Unión por la Patria volverá a convocar a la sesión para reformar la ley de DNU y tratar del decreto que le permite al Poder Ejecutivo renegociar deuda sin pasar por el Congreso?
Esa posibilidad sigue en pie. La vamos a seguir evaluando. Podríamos estar convocando para la semana que viene, porque no necesariamente tiene que ser mañana.
Habiéndose producido lo del presupuesto, tenemos elementos para completar el análisis. No se trata de convocar por convocar. Es cuestión de analizar las posibilidades concretas, con los otros bloques, de que se pueda avanzar.
FM