La próxima gran cosa. O, para decirlo en inglés, “The Next Big Thing”. El famoso sambenito de la prensa musical británica fue aplicado en 2011 cuando The Vaccines irrumpió en la escena rockera del ex imperio de la mano de conciertos energéticos, una condición arrogante y melodías pegadizas de pura cepa de power punk garagero y rock & roll.
Hoy, casi tres lustros y seis discos después, el grupo liderado por Justin Young mantiene su status y sus fans pero, sin embargo, no llegaron a la estatura de los Libertines y los Arctic Monkeys, inigualables combos que combinaron y combinan popularidad con actitud, fashionismo y canciones con destino de himnos.
La segunda visita de The Vaccines a Buenos Aires, tras su memorable recital de 2013 en Niceto Club, se iba a realizar el sábado 23 de noviembre en la Sala Sin Piso del Club GEBA fue reprogramada para el domingo 24 de noviembre, o sea un día después, en el Teatro Vorterix, debido a cuestiones logísticas relacionadas con su gira sudamericana.
Cuestiones que surgieron tras el diálogo que Young, desde Norwich, en la zona este de Inglaterra, tuvo con Clarín en medio su tour por el Reino Unido, con una laptop (la suya) empecinada en perder la señal hasta dar con el lugar adecuado para la conexión.
“Si bien Pick-Up Full of Pink Carnations, el nuevo disco, salió en enero de este año, es algo realmente bueno ver lo bien que funcionan las nuevas canciones en vivo”, dice Young apenas arrancada la charla. “Una de las cosas más excitantes de ser músico es cuando salís de gira a presentar un disco y la gente comienza a cantar las canciones nuevas tanto como las viejas”, dice, con un tono para nada impostado.
El show en Vórterix
-¿Y qué nos podés contar, entonces, sobre el show que veremos en Buenos Aires?
-Será un show muy potente, muy excitante, muy divertido, muy Messi. Algo genial (risas). Tocaremos canciones de todos nuestros discos, y trataremos de pasarla bien nosotros y el público.
-Cuando la banda apareció, en 2011, el nombre del primer disco fue “What Did You Expect from The Vaccines?”. ¿Fue ese título una manera de burlarse del periodismo musical británico?
-Si, un poco fue así. Pensá que nosotros estábamos en una situación muy interesante: toda la prensa nos prestaba atención, y al mismo tiempo mientras nuestra convocatoria aumentaba la misma prensa quería que nos cayéramos y tener otro grupo mimado. Cuando comenzamos no teníamos ninguna expectativa de nada, por lo que nos podíamos burlar un poco de todos.
-Hace poco más de diez años que vinieron por última vez a la Argentina. ¿Qué tanto cambiaron tanto vos como la banda en este tiempo?
-Diez años en un montón de tiempo en la vida de cualquier persona. Somos personas muy distintas, y lo mismo se puede decir del grupo. Recuerdo esa visita a la Argentina como la de un grupo que era aún muy nuevo, que estaba muy abrumado por todo lo que nos estaba pasando. Ahora estamos más aplacados a todo nivel, más allá que la excitación a la hora de tocar es la misma. Amamos Latinoamérica, es uno de nuestros lugares preferidos a la hora de tocar, y estamos muy ansiosos por ir.
-El hecho de que estén un poco más aplacados se refleja en el sonido del nuevo disco.
-Este fue un disco que disfrutamos mucho en el momento de hacerlo. Salió de manera fácil, natural, y nos encontró muy inspirados y enfocados en el modo en el que queríamos sonar. Y creo que lo logramos.
Un productor pop
A lo largo de su carrera, el grupo trabajó con productores de rock como Ethan Johns (Paul McCartney, Tom Jones, Ryan Adams) y Dave Fridmann (Flaming Lips, Mercury Rev, Tame Impala, MGMT), pero ahora decidieron trabajar con Andrew Wells, a quien se lo puede asociar más con el pop.
Al respecto, Justin Young ice: “Lo primero que te puedo decir es que creo que es la primera persona con la que trabajamos que es más joven que nosotros. A menudo, cuando entrás a un estudio, podés elegir que sea una suerte de profesor o algo por el estilo, y en este caso hubo una dinámica de trabajo distinta, quizás un poco más distendida que en otras ocasiones. Pero como te decía antes: estábamos muy inspirados, por lo que cada día se nos ocurrían cosas distintas para probar. Su gusto está más relacionado con lo alternativo, por lo que se dio una combinación muy interesante y grandiosa”.
Y agrega: “Los productores suelen tener sus estudios, y como yo estoy viviendo en Los Ángeles también nos fue fácil inclinarnos por él, ya que nos hizo sentir muy a gusto. El disco anterior (Back in Love City, 2021) lo grabamos en Sonic Ranch, en Texas, y el proceso fue totalmente distinto, ya que es un sitio muy inmersivo: no podes juntarte con tus amigos para ir al bar, como si nos pasaba esta vez. Sonic Ranch es un lugar casi en el desierto para concentrarse, vivir todos juntos, sin escapatorias (risas). Pero gracias a eso, y a la cantidad de instrumentos y equipos vintage que tienen, se logran resultados asombrosos”.
-¿Qué recordás de las veces que el grupo tocó como teloneros de los Rolling Stones?
-Fue algo muy especial, que por suerte pudimos hacer dos veces. Es algo tremendo poder estar tan cerca de la grandeza que representan esos tipos. Son historia viva, íconos de la cultura pop mundial. Encontrarlos, charlar con ellos, compartir el escenario y la audiencia, y que esa audiencia nos reciba bien… Sé que en la Argentina hay un culto a los Stones, y que es algo increíble. Lo mismo pasa en el Reino Unido.
-Por último: hablaste al principio de Messi, y sabemos que te gusta el fútbol. Como hincha del Manchester United, ¿qué podés comentar acerca de la mala campaña que está haciendo tu equipo?
-Hace tiempo que el equipo no hace una buena campaña. Aún tengo fe en ellos, y creo que falta mucho para que el campeonato termine, por lo que mantengo mi optimismo. Cuando puedo y estoy en mi país, trato de ir a ver algún partido en Old Trafford.