En Piura, el río Chira se ha transformado en el epicentro de la tensión por el agua. En un escenario de desesperación, un grupo de agricultores de la margen izquierda de la Junta de Regantes del Chira utilizó herramientas como picos y palas para romper el dique de contención construido por la empresa agroindustrial Agroaurora. Su objetivo: liberar el agua del río y hacerla llegar a sus sembríos, que enfrentan las consecuencias de la crisis hídrica.
Los agricultores denunciaron que las lagunas de las que dependen se están secando, lo que llevó a este grupo a tomar acciones directas, anunciando desde días antes su intención de romper el dique. En sectores como Macacará, El Arenal, La Huaca y otras zonas de Paita, los agricultores enfrentan un estrés hídrico que amenaza su subsistencia: La falta de agua en Piura afecta gravemente a más de 15.000 hectáreas de cultivos de arroz, maíz, verduras y frutas.. La situación se agrava debido a que la planta de bombeo de El Arenal no abastece con la suficiente cantidad de recurso hídrico.
Representantes de la Policía Nacional del Perú (PNP) acudió al lugar para registrar lo sucedido, lo que provocó enfrentamientos con los agricultores. Según testimonios locales, este acto es una medida desesperada pero necesaria para garantizar el flujo del agua hacia las comunidades y sembríos. Los agricultores señalaron que, a pesar de la intervención, planean continuar con la remoción completa de la infraestructura, usando maquinaria pesada para retirar rocas y otros escombros. Su meta es asegurar que el agua circule sin obstrucciones hacia las zonas que más lo necesitan.
Agroaurora habría incumplido resolución de ANA
El conflicto se complica aún más por la resolución N° 0136-2023-ANA-TNRCH de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) emitida el 21 de abril de 2023, que ordenaba a Agroaurora retirar la tapa transversal al eje del río Chira en un plazo de 45 días para asegurar el libre flujo del agua. La empresa fue sancionada con una multa de tres UIT (Unidad Impositiva Tributaria) debido a la retención de agua en el punto de captación de Macacará, calificando esta acción como una infracción grave según la Ley de Recursos Hídricos. Sin embargo, Agroaurora apeló el fallo del ANA y el embalse permaneció.
En un comunicado oficial, Agroaurora negó las acusaciones y defendió la legalidad de sus operaciones. La empresa destacó su uso de tecnologías sostenibles, como el riego por goteo, y afirmó haber contribuido con más de 4,8 millones de soles anuales a la ANA y a la Junta de Usuarios del Sector Hidráulico Menor Chira. Asimismo, alegó que su infraestructura no constituye un embalse ni obstruye el flujo natural del río. Agroaurora también señaló que prácticas informales de desvío de agua por parte de algunos agricultores afectan el suministro para el consumo humano, instando al diálogo como solución ante la crisis.
Conflictos por el agua en varias zonas del país
Este no es el único conflicto que se ha presentado entre empresas y agricultores por la crisis hídrica en el Perú. Los extensos campos de cultivo en Olmos, Lambayeque, una región reconocida por su potencial agrícola, enfrentan un desafío inesperado. Prometidos como la solución para convertir terrenos áridos en un modelo de productividad, hoy los agricultores denuncian la falta de agua y señalan a la concesionaria H2Olmos, vinculada a la empresa Odebrecht, como responsable de la crisis, según el informe presentado por Panorama.
Los agricultores aseguran que los problemas no solo afectan sus cultivos, sino también su capacidad para subsistir. Sin agua suficiente, el futuro de la región pende de un hilo. La represa Limón, construida como parte del Proyecto de Irrigación Olmos, debía almacenar más de 30 millones de metros cúbicos de agua para garantizar el riego durante épocas climáticas difíciles. Sin embargo, actualmente solo retiene 11 millones, según reporta Rafael Quilcate, gerente general de Agrolmos. “El resto está completamente cubierto de barro”, señaló.
La falta de mantenimiento, según los agricultores, generó un deterioro progresivo en la infraestructura. Los canales de riego apenas transportan agua, dejando sin posibilidad de riego más de 43 mil 500 hectáreas destinadas al cultivo de caña de azúcar, banano y mango. “Con esta cantidad de agua no podemos hacer agricultura”, reclamó un productor mientras mostraba un canal casi seco.