La cámara de seguridad toma unos segundos: Liam Payne, el ex One Direction que falleció el 16 de octubre al caer del balcón de su habitación del hotel Casa Sur Palermo, sale del ascensor y le estrecha la mano a un empleado que, segundos antes, apilaba unas sillas.
Ese intercambio breve ocurrió tres horas antes de la muerte de Payne y es clave para la investigación sobre la muerte: la Justicia procesó con prisión preventiva a Ezequiel David Pereyra (21), el otro protagonista del saludo, y lo acusa de facilitar cocaína a cambio de dinero al músico británico.
La causa, en manos del fiscal Andrés Madrea y del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 34, a cargo de Laura Bruniard, ya tiene cinco personas procesadas, dos de los cuales están detenidos por la muerte y las circunstancias alrededor del trágico final del artista.
“Se atribuye al referido el haber entregado estupefacientes, precisamente cocaína, mediante precio, una vez el día 15 de octubre de 2024, a las 3.25 de la madrugada, y la siguiente el 16 de octubre de 2024, entre las 15.30 y 16, para que Liam James Payne la consumiera en el transcurso de su estadía en el hotel Casa Sur Palermo ubicado en la calle Costa Rica 6032“, dice la resolución judicial presentada el 27 de diciembre de 2024 respecto de la acusación contra Pereyra.
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En la imagen, se ve al músico hablar con uno de los empleados imputados.
El joven, que tiene domicilio en Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora, se entregó el lunes luego de que la jueza Bruniard rechazara el pedido de eximición de prisión presentado por su abogado defensor, Juan Tiberio.
“Siempre estuvo a derecho, desde que su nombre apareció en la investigación. Se entregó su teléfono celular antes de que sea requerido y se puso a disposición inmediatamente después de que se denegara la eximición de prisión”, indicó Tiberio a Clarín y, además, confirmó que su cliente tiene siete hermanos, vive con sus padres y no tiene pasaporte.
Lo cierto es que, para la jueza Bruniard, la expectativa de pena de los imputados era motivo suficiente para sostener la prisión preventiva y, por eso, los dos esperarán el avance de investigación tras las rejas.
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Destrozos y droga en la habitación del hotel que ocupaba Liam Payne
Pereyra fue detenido por agentes de la División Investigaciones Especiales de la Policía de la Ciudad cuando se presentó junto a su abogado en el Departamento de la fuerza, en Barracas, confirmaron fuentes de la Policía de la Ciudad.
La semana pasada había sido arrestado Braian Nahuel Paiz (24) en su casa de Berazategui, también por oficiales de la Policía de la Ciudad y por “suministro de estupefacientes”.
De acuerdo al procesamiento, a Paiz se le imputa haber facilitado cocaína “el 14 de octubre de 2024, a las 3.24., para que Liam James Payne la consumiera” e “incluso lo acompañó a la habitación N° 310, ingresando con él, entre las 3.25 y las 8.15“.
Además, el mismo día, lo acusan de volver a entregarle drogas entre las 10.03 y las 10.44 en su casa de Agüero al 400, adonde Payne habría llegado en un taxi.
La acusación contra el empleado del hotel CasaSur
Ezequiel Pereyra era empleado de “limpieza de espacios comunes” en el Hotel CasaSur, a través de la empresa Free Upgrade.
Hubo dos momentos en los que, para la Justicia, tuvo contacto con el músico. Durante la madrugada del 15 de octubre y tres horas antes de su muerte, el 16 de octubre, alrededor de las 15.30.
Pereyra decidió no declarar el 17 de diciembre, cuando se presentó a la Justicia, aunque dio su versión de los hechos mediante un escrito.
De acuerdo a lo citado en el procesamiento, al que tuvo acceso Clarín, reconoció que “Payne le pidió estupefacientes, que ante la negativa al requerimiento lo amenazó con hacerlo despedir, le refirió que practicaba artes marciales y le dio cien dólares”.
Pereyra reconoció que que decidió quedarse con el billete “como propina” y que, después, el jefe de la noche lo llamó durante la madrugada “porque un cliente dijo que le había robado cien dólares, que lo iba a hacer despedir y romperle el cuello”.
De acuerdo a la versión de Pereyra, el encargado de la noche pidió un Cabify para trasladarlo desde su casa de Lomas de Zamora hasta el hotel a las 3.25 del 15 de octubre, para devolver el dinero.
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El encargado comunicó que que el huésped estaba “sobrepasado de drogas”.
Para la Justicia, el joven fue hasta su casa a buscar droga y regresó en un auto que pidió el propio Payne, que tenía su dirección en una nota creada en su celular, y regresó a entregársela.
El fiscal Madrea sostiene la acusación con la declaración de otros empleados del hotel: “El testigo L.D. dio cuenta de que Pereyra le dijo, el 14 de octubre, que compraría droga a un huésped del hotel y que contaba para ello con cien dólares. Después regresó a su casa en colectivo y ofreció su tarjeta SUBE como constancia, luego volvió a trabajar a las 9 de la mañana“.
“De esta forma se da por tierra el descargo de Pereyra en cuanto a que recibió los cien dólares como propina. También cuento con el testimonio de S.P. que dio cuenta que escuchó en inglés que Payne le pedía a Pereyra siete gramos más de cocaína (…) más allá que Pereyra dijo no entender lo que Payne le habría dicho en inglés“, consta en el procesamiento.
Respecto del segundo encuentro, el del ascensor, Pereyra asegura que vio a Payne el 16 de octubre en el subsuelo del hotel cuando se detuvo el elevador en una zona restringida para los huéspedes y que “éste le dijo algo en inglés que no entendió y le practicó una maniobra de arte marcial“.
En el procesamiento no está claro en qué circunstancias le adjudican haberle entregado drogas el día de la muerte, más allá de ese encuentro circunstancial.
Los otros acusados
En la causa hay dos acusaciones que corren en paralelo. Una es la de Paiz y Pereyra, por proveerle la cocaína que derivó en el estado de excitación que terminó con la muerte de Liam Payne.
La restante es la de homicidio culposo, contra Rogelio Luis “Roger” Nores (36), manager de la víctima y quien acompañaba a Payne en la ciudad de Buenos Aires para conseguir su visa estadounidense; la gerenta del hotel CasaSur, Gilda Agustina Martín (32), y el jefe de recepción del hotel, Esteban Reynaldo Grassi (49).
En el examen toxicológico surgió que el músico presentaba rastros de “un policonsumo de alcohol, cocaína y un antidepresivo recetado”.
EMJ