El jugador que jugó el ascenso con Independiente, se retiró a sus 32 años y se dedicó a otra cosa

El fútbol argentino, desde sus comienzos, se destacó por promover y reclutar diversos tipos de talentos provenientes de todas las latitudes del país. Todos estos jóvenes, que llegan a las pensiones con un bolso lleno de sueños, aspiran a llegar a la Primera División.

Sin embargo, la carrera de un futbolista también depende de factores como el estado físico y decisiones dentro del campo de juego como también fuera de él. Franco Razzotti es un ejemplo claro: tras debutar en Vélez y jugar en Independiente y Europa, su prometedora trayectoria se vio truncada por las lesiones y el desgaste físico.

Franco Razzotti y su paso por el fútbol

Razzotti nació en Buenos Aires en 1985 y comenzó su carrera en las inferiores de Vélez Sarsfield, donde rápidamente destacó como un prometedor volante central. Hizo su debut en la Primera División en 2005, pero fue en 2009, bajo la dirección de Ricardo Gareca, cuando se adueñó del mediocampo del “Fortín”.

Ese año, el club logró conquistar el Torneo Clausura, y Razzotti jugó un papel clave en el título, siendo una pieza fundamental en el once. A lo largo de su etapa en Liniers, ganó cinco títulos, destacándose como uno de los jugadores más importantes del plantel.

En 2013, dio un giro en su carrera y llegó a Independiente, que en ese momento militaba en la Primera B Nacional. Sin embargo, la experiencia en el “Rojo” no fue tan positiva.

Luego, Razzotti continuó su carrera en equipos de América Latina y Europa, pero las constantes lesiones y el desgaste físico mermaron su nivel. Con tan solo 32 años, tomó la decisión de retirarse del fútbol profesional en 2017 debido a los problemas físicos.

Su vida después del retiro

Tras su retiro, Razzotti se dedicó al reclutamiento de jóvenes talentos, trabajando con una empresa que busca jugadores. Además, sigue vinculado a Vélez, donde forma parte del equipo senior junto a figuras como Lucas Castromán y Emiliano Papa.