En las tortas, en los cannoli, en los alfajores, en cucuruchos y hasta en los bombones: la ola verde también crece en Pinamar, así como desde hace un tiempo lo hace en cafeterías, heladerías y bares de Capital Federal.
El pistacho —el fruto seco “de moda” que se encareció— tiene una fuerte demanda entre quienes buscan cumplir con sus antojos de verano, y cada vez son más los comercios artesanales y las cadenas que se animan a surfear esa ola tentadora.
Carolina Belliocq empezó con su emprendimiento de alfajores en pandemia, y desde entonces no dejó de crecer. “Nómade”, ubicado en Valeria del Mar, es el negocio que lleva adelante: cocina, crea y atiende los pedidos de la gente que llega, muchas veces, ante recomendaciones de otros.
Hay una infinidad de opciones en la carta, pero hace poco que a la oferta se agregó el alfajor de pistacho. La consulta por este fruto seco no paraba y este verano explota en su local.
“Lo que más me gusta es hacer alfajores, y la idea es hacer de todos los sabores. Hago las tapas caseras, el relleno, todo. Hago los clásicos, con crema al whisky, con frambuesa, con nutella, de membrillo, con pasta de Bon o Bon casera, de pimienta. Empecé hace poquito a hacer el de pistacho porque fue el boom, y todo el mundo me decía ‘¿Hacés de pistacho?’ y yo decía que no, hasta que dije ‘bueno, hagamos’”, cuenta Carolina a Clarín, mientras muestra el detrás de escena de sus productos artesanales.
En su cocina reposan, a mitad de proceso, un par de alfajores de pistacho. Ella los personalizó: tienen un relleno de dulce de leche y naranja, que dice que “le dan el toque rico al pistacho”.
Carolina se toma su tiempo para “vestir de verde” alfajor por alfajor: a la tapa superior (una masa que lleva pistacho) la cubre con una ganache de chocolate blanco y pistacho. Cierra los bordes con trocitos de este fruto seco y hace lo mismo con la tapa superior. Por unidad, el alfajor cuesta $ 5.000.
Considera que el precio es adecuado al producto, teniendo en cuenta el costo elevado que representa la materia prima en contraste con el precio de otros frutos secos.
“Vas a una dietética a comprar 100 gramos de pistacho y hoy sale entre $ 5.000 y $ 6.500, que es un montón. Comprando por kilo lo conseguís aproximadamente a $ 35.000. Pero con respecto a una nuez, que la conseguís por kilo a $ 12.000, o una almendra que la conseguís por kilo a $ 18.000, el pistacho es otro precio”, destaca.
“Ahora que está tan de moda el pistacho salió la esencia de pistacho, entonces hay que empezar a probar a ver qué sabor tienen las cosas”, expresa Carolina, que con su marca ganó por tres años consecutivos un concurso local que elige el mejor alfajor de Pinamar.
El boom verde se extiende por Cariló, con negocios como “Massé”, que lleva cuatro temporadas en esa localidad y ahora trabaja una carta en donde se puede encontrar pistacho en tres propuestas: cake de Pistacho (un biscuit húmedo de trufas de pistacho a $ 8.050), el Ferrero de pistacho (un panna cotta de pistacho con baño de chocolate blanco y pistacho tostado, $ 8.500) y el macaron, a $ 3.200 la unidad.
“La tendencia del pistacho es muy fuerte. El macaron de pistacho es lo que más pedimos a la noche para el día siguiente, es algo que tiene que estar sí o sí. Se ve cada vez más, por todos lados. Yo, por ejemplo, hace poco que probé el helado de pistacho y se volvió mi sabor preferido”, cuenta Irene, gerente.
El centro de Pinamar, sobre todo en la popular e histórica Av. Bunge, el color pistacho también hace de las suyas, en especial en las grandes cadenas, como Rapanui que vende tabletas de chocolate blanco, pistacho, caramelo y sal a $ 6.500 las de 100 gramos.
La heladería Lucciano’s fue una de las precursoras. En sus sucursales es habitual encontrar el pistacho en un cannoli, un bombón, una paleta, o en pote. Es clásico: el que va a pedirse helado para llevar, nunca deja de lado el sabor del momento.
Ahora la marca se expande con una innovación en su vidriera: los bombones helados que combinan el pistacho con el chocolate blanco, que es el mix que no falla en otros productos.
Incluso, las grandes marcas de comida rápida, como Mostaza, se sumaron a la ola. A los clásicos twists que presentaba en sus pantallas como alternativa de postre, se agregó el lanzamiento del sabor pistacho.
Y el producto se promociona en grande: con la imagen de un cremoso helado con salsa de pistacho y chips de chocolate.
Desde la cadena comentan que “siempre escuchamos al consumidor y sabíamos que el pistacho era un sabor que todos estaban esperando. Queríamos dar un salto de calidad y sofisticación en nuestra plataforma de helados. Con el afán de innovar y renovar nuestra propuesta gastronómica para competir con propuestas gourmet, lanzamos el twist de pistacho y luego también frutos rojos y affogato”.