La semana terminó como tenía que terminar: a los “aranceles recíprocos” anunciados el miércoles por Trump le siguió la represalia de China que impuso una alícuota del 34% a productos estadounidenses. Las bolsas del mundo acusaron recibo. Caídas en Nueva York, Tokyo y París. Lo más importante: la economía argentina fue de las que más sufrió el golpe.
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En un rápido panorama:
La crisis se da en el marco de los intentos del gobierno nacional de confirmar un nuevo préstamo del FMI, que le permita continuar con su política monetaria hasta las elecciones.
Como analizamos esta semana, los datos de este viernes confirman que el gobierno se enfrenta a una profundización de sus contradicciones: aplicar una devaluación echaría leña al fuego de la inflación, dejando el eje central de su discurso político sin sustento. “El problema real no es monetario o de aranceles, sino el sometimiento a los intereses del imperialismo norteamericano y en particular al pago de la fraudulenta deuda externa. La crisis capitalista que abre la guerra comercial no tiene salida favorable para los trabajadores dentro de las reglas de Trump y el FMI”.
Cada vez se hace más claro el contrapunto: son ellos o nosotros. El Frente de Izquierda plantea la ruptura con el FMI y el no pago de la deuda externa, a partir de la movilización masiva del pueblo trabajador que derrote el plan de Milei y los grandes empresarios e imponga una salida a favor de los intereses de las grandes mayorías.
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