Monday, 4 August, 2025
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El plan del “comandante” Lule, los problemas de un Macri en fuga y una mirada cándida del FMI

En política, también lo barato sale caro

El Gobierno paga caro su método de construcción basado en la confrontación, incluso con aquellas fuerzas que hicieron presidente a Javier Milei y al segundo gobierno macrista, espacio que proveyó medio gabinete, los proyectos de gestión y centenares de funcionarios, y que le han permitido transitar los dos primeros años de su mandato. Anunció para este lunes la publicación de los vetos a las leyes de jubilaciones y discapacidad. La medida vino acompañada de la narrativa impuesta por el Gobierno al Fondo Monetario Internacional (FMI), para que incluyese en su informe de revisión la supuesta necesidad de estos vetos, como si de ello dependiera el futuro de Occidente.

El objetivo parece ser adelantar el debate para cruzarlo con las negociaciones de alianzas y candidaturas, que cierran, respectivamente, el 7 y el 17 de agosto. Con esta estrategia, el Gobierno termina abriendo conflictos que le convendría evitar en dos frentes donde es minoría: el Congreso y el universo partidario. La decisión embute la agenda de las próximas 96 horas en una suerte de Puerta 12, que dejará un podio de ganadores (quienes se queden con las candidaturas) y un tendal, mucho mayor, de derrotados. Con estos dos materiales se tramitarán los resbaladizos vetos.

El oficialismo mientras tanto ha salido de shopping, para evitar la insistencia de leyes cuyas materias (jubilaciones, discapacidad) atraviesan de manera transversal a todos los partidos. Son temas que conviene esconder en tiempos electorales, como versaba la doctrina bilardiana de Miguel Bein sobre los años “patriotas” (pares) y los años “populistas” (los impares, de elecciones).

Vetos: el Congreso se toma su tiempo

Desde la publicación de los vetos este lunes, el Congreso tiene un amplio margen de tiempo para discutir su rechazo. La aplicación de una ley “vintage” de 1949, firmada por Hortensio Quijano y Héctor Cámpora (presidentes entonces de las dos cámaras del Congreso) indica que esos vetos pueden ser tratados entre este lunes y el 28 de febrero de 2027 (artículo 73ª de la Constitución y artículo 3° de la Ley N°13.640 sobre la caducidad de los proyectos). El Congreso puede tomarse este año legislativo y el próximo para responder a los vetos presidenciales. Esto configura un verdadero patíbulo, montado para ejercer poder sobre el presidente, donde se facturarán las relaciones entre el Poder Legislativo y Milei en el segundo tramo de su mandato.

¿Hacía falta correr este riesgo por tan poca plata -que la oposición, además, le indica de dónde se puede sacar? Sólo se entiende por la intención del Gobierno de convencer a los de afuera -mercados, organismos de crédito, el público de la platea, los emigrados fiscales de la Banda Oriental- que puede dominar la política. De ese patíbulo dependerán las negociaciones para frentes y candidaturas, así como la amplia gama de dádivas y otros “productos transables” -es decir, dinero- entre el Gobierno y la oposición.

Para resguardarse de estas fragilidades (que marcarán los próximos meses del debate, donde el Gobierno exagera su dependencia) los amanuenses de Legal y Técnica de Presidencia barajaron la posibilidad de que los vetos figurasen en uno o varios decretos, que para su trámite deberán ser tratados, además, por las comisiones que les dieron dictamen originariamente.

Raro: un gobierno que bloquea

Exacerbar las diferencias en esos dos frentes (Congreso y partidos) obliga al Gobierno, según la doctrina Laclau, a una estrategia de bloqueo para impedir iniciativas ajenas. Con el mismo esfuerzo podría construir mayorías. Pero sería admitir que dependen del voto ajeno. Es esperable que, a su vez, la oposición ejerza ese bloqueo de iniciativas del Gobierno, pero para quien gobierna es un camino costoso y riesgoso: desgastarse en medidas de bloqueo de sus adversarios. La difícil construcción de futuro, que es el producto que un gobierno debe ofrecer a la sociedad, se consume cuando el objetivo es el bloqueo. Este dilema subyace a la acción política, que siempre debe prever el escenario de derrota.

Un programa de gobierno, avalado o no por el FMI en sus gacetillas, debe prever qué pasará si no puede sostener los vetos o si el equilibrio fiscal sube o baja dos puntos. Como señala Daniel Innerarity: “Casi todos perdemos casi siempre las elecciones, y cuando ganan los nuestros, tienen que gobernar con otros y nunca hacen lo que habríamos deseado“. Quien está en la política solo para ganar y no tiene un plan alternativo ante la derrota, no parece comprenderlo. De ahí que sea mejor minimizar los conflictos y no pelear con los amigos, y menos aún crearse las propias amenazas. “Cuando aparece algún actor que pretende llevárselo todo -remata Innerarity- se disparan las resistencias, el juego se tensiona y acaba en un equilibrio que no resulta plenamente satisfactorio para nadie, ni siquiera para quien no quería compartir el poder con otros. Como procedimiento para acomodar políticamente las diferencias, la democracia era esto“.

Para ganar hay que saber perder

La obligación del político es ganar, pero la sabiduría clave que se le reclama es la de saber perder, que es un ingrediente del triunfo. En la Argentina contemporánea, la “nueva política” no supera la primera parte de la lección. Pueden saber ganar, pero no saben perder y juegan “a todo o nada” sin un escenario alternativo. En las negociaciones del Gobierno con el PRO para el cierre de las alianzas en CABA, el mileísmo actúa bajo el supuesto de que Mauricio Macri está dispuesto a entregar todo a cambio de una alianza en la ciudad que salve al PRO local de una derrota, que lo deje sin resto para pelear en 2027 por el control del distrito donde nació su partido.

Con esta ficha, Lule Menem, quien en realidad es el “comandante estratégico” que conduce las negociaciones que luego avalan figuras de papel como las Karinas, los Santiagos y Sebastianes, trafica con todos los distritos con la misma fórmula: entréguennos las candidaturas nacionales para aumentar el único poder que nos interesa, que es en el Congreso, y les entregamos a ustedes todas las candidaturas provinciales. Mauricio es el presidente de partido que se ha declarado en retirada, y es muy difícil para sus seguidores hacer política con un jefe en fuga. Es un político que o gana o se retira.

Solo el FMI cree en el pacto de Mayo

El propio Milei juega sin escenario de derrota, también a todo o nada. El informe de revisión del FMI no incluye ninguna alternativa ante esa posibilidad. Según el documento del FMI, “el presidente Milei ha manifestado su intención de vetar estas iniciativas con el fin de preservar el ancla fiscal y los avances en la estabilidad macroeconómica. Además, si el veto presidencial fuera revocado por una mayoría de dos tercios en ambas cámaras del Congreso, la administración planea impugnar legalmente estas iniciativas. Por lo tanto, se anticipa que la resolución de estas cuestiones se prolongará en el tiempo, posiblemente más allá del mes de octubre“. La idea de pelear en la Justicia esas leyes revela la estrategia oficial, que hasta ahora era una especulación periodística.

El compromiso del FMI con el Gobierno se muestra con una candidez digna de mejor causa, cuando deposita el destino nacional en manos del autodenominado “Consejo de Mayo” que debe aplicar el “Pacto de Mayo”. ¿Cree en serio el FMI en la capacidad de Cristian Ritondo, Gerardo Martínez, Carolina Losada, Alfredo Cornejo y un par de ministros del gabinete (Francos y Sturzenegger) para hacer la “revolución pendiente”? Habría que avisarles.

Ensayo federal hoy en San Juan

Los semiólogos del “Grito Federal” de los gobernadores de Córdoba, Santa Fe, Santa Cruz, Chubut y Jujuy, más Juan Schiaretti, dedicaron el fin de semana a definir con qué marca irán a elecciones en dos distritos que definen todo, Buenos Aires y CABA (son el 50% del padrón). En el resto de los distritos ya han anotado marcas locales. Actúan en la clandestinidad emisarios de los cinco jefes territoriales del “Grito” negociando contra reloj nombres de candidatos para anotar el 17 de agosto en PBA y CABA. Juan Carlos Massei busca en nombre de Martín Llaryora, Emiliano Yacobitti por Maxi Pullaro, Daniel Amoroso por Nacho Torres. El grupo cuenta ya con la promesa de Gustavo Valdés (Corrientes) de sumarse después de las elecciones del 31 de agosto y señales de simpatía de Raúl Jalil, Osvaldo Jaldo, Alberto Weretilneck y del PRO porteño que no arregle con el mileísmo en CABA.

Habrá cruce de miradas federales este lunes en San Juan. El local Marcelo Orrego, otro que está para sumarse al grito federal, recibe a Carlos Sadir (Jujuy), Jalil, Gustavo Sainz y al neo mileista Alfredo Cornejo para una cumbre sobre la minería del cobre que vigilara, para Olivos, el vicejefe de gabinete José Rolandi. Para afilar la pluma ensayaron alguna definición en un tuit dominguero: “Representamos la Argentina del campo, la industria, la minería y la energía, el comercio y los servicios que son los motores del Desarrollo Argentino. Somos el espacio político que garantiza conocimiento y decisión para llevar adelante el plan productivo que genere trabajo en todo el país”. Como si dijeran “hay efectivo”.

Macri citó a los diputados que le quedan

El Gobierno no pudo impedir que Diputados sesionase el miércoles 6, 24 horas antes del cierre de frentes nacionales para octubre. La sesión la tejieron los secretarios de los bloques opositores, moderados y frontales: Oscar Agost Carreño por Encuentro, Paula Penacca por el PJ, Maxi Ferraro por la Coalición, Soledad Carrizo por la UCR línea Manes y, de líbero, Cristian Castillo. Lograron 135 comprometidos para el quórum. Emplazarán a la cámara para tratar en sesiones del 13 o el 20 de agosto los proyectos de los gobernadores (reparto de ATN y Combustibles), sancionar ayudas a universidades y al Garrahan y la resurrección de la Comisión Libra. Este menú aseguró el quórum para sesionar y en proyectos como éstos, si hay quórum hay aprobación.

La suerte del oficialismo ya está jugada porque en Diputados la influencia de los gobernadores es limitada -así como es muy fuerte en el Senado-. Si el Gobierno sale de compra tiene que pagar a los diputados de a uno. El mercado está duro porque la mitad de los legisladores de esa cámara termina su mandato, muchos quieren reelegir y se juegan la ficha en ese empeño. Es el peor momento para negociar. Todo sale caro y la traición está a la vuelta de la esquina.

Mauricio Macri buscará este lunes ordenar la tropa para esta batallas en un zoom con la decena de diputados que aún le responde en el bloque PRO. De esa cita dependerá mucho para el PRO y para Milei.

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