“Di la orden al Ministerio de Seguridad y a la Policía de la Ciudad que, si encuentran a alguna persona o grupo de personas removiendo basura de los contenedores y ensuciando nuestra ciudad, les exijan que limpien y ordenen todo de inmediato. Si se niegan, que los sancionen según la normativa vigente”. Con ese tuit emitido desde su cuenta personal, el jefe de Gobierno porteño Jorge Macri se disfrazó de Ramiro Marra y lanzó su campaña contra los trabajadores hiperempobrecidos a los que los ricos y poderosos llaman perversamente “fisuras”.
Di la orden al Ministerio de Seguridad y a la Policía de la Ciudad que, si encuentran a alguna persona o grupo de personas removiendo basura de los contenedores y ensuciando nuestra ciudad, les exijan que limpien y ordenen todo de inmediato.
Si se niegan, que los sancionen según… pic.twitter.com/437CgfmYWv— Jorge Macri (@jorgemacri) August 4, 2025
El tuit de Macri va acompañado de un video en el que dos miembros de la Policía porteña obligan a dos jóvenes oriundos de Villa Fiorito a dejar de revisar contenedores de basura en busca de algún alimento, ropa o utensilio descartado por vecinos de los barrios porteños. Además, los palpan de armas y finalmente les ordenan limpiar la vereda y, una vez terminada la tarea, que se vayan del lugar.
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La vocera del Gobierno porteño, Laura Alonso, complementó lo difundido por su jefe con otro tuit en el que amplió la amenaza. “Hasta $ 900 mil de multa si te gusta hurgar la basura en la Ciudad. Sí, leíste bien. La orden es clara: quien saque bolsas de los contenedores y deje todo tirado, limpia en el acto o lo paga caro. Se terminó la impunidad para los ‘recicladores’. El que ensucia, limpia o paga”.
Hasta $900 mil de multa si te gusta hurgar la basura en la Ciudad. Sí, leíste bien.
La orden es clara: quien saque bolsas de los contenedores y deje todo tirado, limpia en el acto o lo paga caro.
Se terminó la impunidad para los “recicladores”. El que ensucia, limpia o paga.… https://t.co/KI2ayqkf7M
— Laura Alonso 🇦🇷 (@lauritalonso) August 4, 2025
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A la amenaza de multar a quienes cometan semejante “delito”, Alonso le agrega una cuota de cinismo propia de la ultraderecha recalcitrante. Para ella, quienes hurgan en la basura lo hacen porque “les gusta”. Y como cree que revisar deshechos es una práctica delincuencial asemejable a un crimen, propone el fin de la “impunidad” de los “recicladores” (esto último lo pone entrecomillas, como si no lo fueran).
Es patético. Y sería gracioso si no tuviera como un correlato lógico el empoderamiento de las fuerzas represivas para verduguear, perseguir e incluso detener a quienes no tienen nada y salen a la calle a ver si rescatan algo para sobrevivir un poco más.
Total repudio a esta campaña clasista, estigmatizante y represora del PRO porteño.