Monday, 4 August, 2025
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Puerto Madero y exclusividad: así arranca la campaña de Javier Milei en la provincia de Buenos Aires

El presidente encabeza este lunes una nueva cena de recaudación, organizada por la fundación Faro, en un evento cerrado para la prensa y sólo para invitados selectos. La fundación Faro, brazo político y de recaudación armado por Karina Milei y Santiago Caputo, vuelve a elegir el lujoso Yacht Club de Puerto Madero para desplegar su maquinaria proselitista. No es casualidad. Este think tank busca consolidar un círculo íntimo de poder y recursos para el oficialismo, formando cuadros técnicos y políticos, reclutando outsiders y juntando fondos de campaña. La presencia de figuras como Agustín Laje, Axel Kaiser (favorito de Milei), y los economistas Ramiro Castiñeira y Miguel Boggiano, no deja lugar a dudas de para quién trabajan: los grandes empresarios, los lobbistas del capital y la elite acomodada.

A la cita también se suman el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo –el mismo que lleva adelante el ajuste dictado por el FMI–, el ministro de Salud Mario Lugones, y el intendente de Tres de Febrero y candidato bonaerense Diego Valenzuela, entre otros funcionarios y operadores del gobierno. Todo bien blindado: sin prensa y con cupos limitados, como manda la costumbre de los que temen la bronca que se acumula afuera.

Ajuste brutal

Esta fiesta privada se da justo después de los vetos presidenciales al aumento de jubilaciones, la moratoria previsional y la emergencia en discapacidad. Medidas que generaron repudio y malestar, pero que el gobierno defendió con el cinismo de siempre, hablando de “responsabilidad fiscal” y el 2,88% del PBI. Poco les importa el hambre o la miseria de millones. Mientras Milei y los suyos posan de libertarios y se autoperciben “revolucionarios”, los números son lapidarios: la pobreza y la indigencia crecen mes a mes; los hospitales y escuelas pierden recursos; el trabajo formal se precariza; y la inflación sigue licuando los salarios y jubilaciones.

Mientras adentro se aplaude la “doctrina” libertaria, quienes pagan el ajuste son los de siempre: jubilados, trabajadores despedidos, jóvenes sin futuro y familias que no llegan a la canasta básica. El mismo presidente que se jacta del “ajuste más grande de la historia” se burla de la pobreza y hace gala de su desprecio por los que menos tienen. Un gobierno de y para los ricos, con eventos de gala y medidas de hambre.

Organizar la bronca para frenar el saqueo y apoyar a la izquierda en las elecciones

La postal de Milei y sus funcionarios celebrando en Puerto Madero resume el verdadero rostro del ajuste: mientras los banquetes y los discursos de elite siguen, el pueblo trabajador es el que paga el costo. Pero la resistencia crece. En las calles, las fábricas, los hospitales y las universidades, la bronca empieza a organizarse pese a la pasividad de la burocracia sindical y el pacto de las centrales.

Desde la izquierda, el llamado es claro: hay que organizar desde abajo la bronca ante tanta injusticia, construir la fuerza para un paro nacional activo y una huelga general que frene el ajuste, el saqueo y este gobierno de ricos y para ricos. No hay salida para las mayorías sin afectar las ganancias del capital concentrado ni sin la unidad en la lucha de trabajadores, jóvenes y sectores postergados.

Por eso, la campaña de la izquierda del FIT es todo lo contrario. Sus listas encabezadas por Nicolás del Caño y Romina del Plá están llenas de trabajadores y jóvenes. Sus candidatos son los que sostienen las escuelas, los hospitales, las fábricas, los servicios, los que todos los días ponen el cuerpo, aunque los salarios sean cada vez más bajos, lucha por la educación y contra la precarización laboral, se organizan para pelear contra el ajuste.

La campaña es a pulmón y contra los grandes partidos patronales, que usan los recursos del Estado para sus campañas. El voto a la izquierda del FIT en las elecciones de PBA es un mensaje contra este gobierno de los ricos, contra los que venden o se presentan como “opositores” y lo único que hacen es pelear en las internas por los puestos.

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