Guillermo Francella se encuentra de estreno con su reciente película Homo argentum, donde representa a varios personajes demostrando un lado multifacético que pocos pueden interpretar con tanta perfección. Y en medio de esta promoción, el cúmulo de historias que se presentan en el filme lo interpelan de una forma u otra.
Sucede cuando la ficción se une a la realidad, cuando logra conjugarse de una forma mágica y se pueden encontrar similitudes que asombran. Y por estas horas, en una nota con Tatiana Schapiro para Infobae, Guillermo habló como pocas veces de su vida privada, en particular de sus dos hijos de Marynés Breña: Nicolás y Yoyi Francella.
Como parte de la multiplicidad de personajes que tiene su película, la periodista le preguntó a Francella por el nido vacío y la partida de los hijos, algo en lo que la trama hace cierto foco. En este punto, lo fue llevando por el lado del crecimiento de sus dos hijos y la sensación que genera ver cómo cada uno abre sus alas.
“Fue duro”, comenzó explicando Guillermo sobre cómo fue ver el crecimiento de sus hijos. Y agregó: “Ellos tienen que crecer y era lógico, pero cuando se fueron y quedó el nido… fue un vacío. Es eso: por más que haya una cotidianeidad en los llamados, en los encuentros, porque no es que se hayan mudado a otro país, y la frecuencia esté, no es lo mismo”.
LA REFLEXIÓN DE GUILLERMO FRANCELLA POR EL NIDO VACÍO QUE DEJARON SUS HIJOS
Cuando Schapiro le preguntó si alguna vez tuvo miedo de que sus hijos se fueran a vivir a otro país, Francella respondió que sinceramente no ve con buenas opciones el hecho de que vayan a radicarse en el extranjero. “No, no. Realmente no me gustaría. Tengo amigos que los hijos se fueron del país y están mal. Los veo”.
“¿Tus amigos o los hijos?”, consultó la periodista, a lo que el actor dijo: “Mis amigos; los hijos, no sé. Sé que se encuentran y ‘¡qué lindo que es cuando estamos juntos!’, pero después la vida sigue y (sus hijos) empiezan a tener su propia vida en otro país. Y económicamente, estos amigos podrían irse a vivir a ese país para que no haya distancia, pero sienten que no va. Y los veo mal, los veo mal… Me da pena”.
Luego Tatiana le preguntó si alguna vez la idea de irse a vivir al exterior fue algo que tanto Nico como Yoyi hayan planteado en algún momento. Sin embargo, el protagonista de El Encargado fue tajante dando un ejemplo de su hijo mayor: “No, nunca. Nico sí filmó bastante afuera. Fue a España, estuvo como cuatro meses con una serie. ‘En cualquier momento se engancha con alguien o pasa con algo’, (pensé). Es normal”.
Sin embargo, Nicolás no quiso saber nada: “Un día me dijo: ‘Ni en pedo me quedo acá, eh. Me muero. Nada que ver. Se habla otro idioma, por más que hablen español’”.
Luego Guillermo cerró con un concepto que le dejó una de sus películas más reconocidas: “Me pasó en Estados Unidos cuando filmé Un argentino en Nueva York, la que hicimos con Nati (Oreiro). En la cotidianeidad, lo veías que… ‘¡Guau! Mirá la mesa del catering. Esto es el primer mundo’. Había vitaminas, había de todo. Ahora, cuando lo vas frecuentando, nada que ver: todo milimétrico, burocrático. Nosotros no es que lo atamos con alambre: lo resolvemos”.