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Sebastían Mascherano habló sobre su problema con las drogas, el impacto en su vida personal y cómo sus acciones marcaron también la relación con la familia y el Jefecito
Sebastián Mascherano nunca tuvo reparos en hablar de su pasado. A diferencia de su hermano Javier, símbolo de la Selección Argentina, su camino quedó marcado por las adicciones, las oportunidades desperdiciadas y una lucha personal que atravesó también a toda su familia. En una confesión íntima, recordó cómo las drogas lo alejaron del fútbol y lo dejó afuera de un par de Mundiales.
La confesión del hermano de Javier Mascherano
“Es fácil en el lomo ser hermano de todo el tiempo. Javier cuando entró, cuando yo me rehabilité, me dijo: ‘Ahora cada vez que entro a la cancha voy a entrar feliz, voy a estar con una preocupación menos’“, relató.
Con crudeza, recordó lo que significó para él perderse dos momentos claves de la carrera de su hermano: “No pude disfrutar, me perdí los dos Mundiales 2006 y 2010. Por falopa, por estar drogado, por hacer cosas indebidas. Y creo que a él le daba vergüenza también. A Javier le daba vergüenza lo que estaba ocurriendo, y sí. Porque él me había dado las posibilidades“.
Sebastián confesó que incluso llegó a confundir elogios ajenos con reconocimiento propio: “Te digo la verdad, también cuando Maradona dijo ‘Mascherano y demás’ pensé que me lo decía a mí. Fue mi decadencia, porque me la creí. Yo sé que hoy el famoso es él. Pero antes los roles los tenías invertidos. Olvidate, no es fácil en el lomo ser hermano de todo el tiempo“.
El mayor de los Mascherano también habló sobre cómo afrontó el impacto de sus errores en la familia y si alguna vez sintió vergüenza por sus acciones: “No es que sentí vergüenza, sentí culpa y me la supe perdonar“.
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