En Laguna Larga, Matías Torres Cena gobierna con una mirada pragmática: entre los números de las encuestas, la presión creciente sobre la salud pública y la necesidad de sostener la economía local. “Soy como la media en Argentina. Si en las encuestas me va bien, le doy bola; si me va mal, no”, ironizó entre risas sobre los sondeos que lo ubican entre los intendentes con mejor imagen de Río Segundo.
Sin embargo, aclaró que lo central sigue siendo “laburar en donde te toque estar” porque la gestión, afirma, ya no se limita al alumbrado, barrido y limpieza. Para Torres Cena, hoy un intendente no puede reducir su tarea a las funciones tradicionales. “Hay que involucrarse en aristas nuevas, que antes no estaban en la agenda municipal pero que ahora son necesarias.
La gente te exige soluciones y acompañamiento en áreas que hace años no eran parte del radar de un municipio”, explicó. Esa visión lo llevó a ampliar el alcance de la gestión, con foco en salud, cultura y desarrollo social.
La salud fue uno de los puntos más álgidos de la conversación. En una localidad sin clínicas privadas, el hospital municipal absorbe cada vez más demanda. Con 12 camas frías y un nuevo sector de consultorios, la presión sobre el sistema público se duplicó en los últimos tiempos. “La gente que se cayó del sistema va directo a la salud pública”, resumió.
Pablo Alicio: “El privado entendió la situación y juntos sostenemos el turismo en La Cumbre”
Frente a los planteos libertarios de dejar la atención en manos del sector privado, Torres Cena fue categórico: “Es fácil decirlo, pero muy difícil llevarlo a la práctica en ciudades de 10.000 o 15.000 habitantes”. Y agregó: “La única verdad es la realidad, y la realidad de nuestras comunidades es que el municipio o la cooperativa tienen que estar presentes. Si no, no habría atención”.
En el marco de Mesa Chica, el intendente también marcó diferencias en el vínculo con los distintos niveles de gobierno. Apuntó contra la falta de respuestas de la Nación —“no existe el diálogo, quedamos desamparados”— y puso como ejemplo programas nacionales de viviendas y de desarrollo infantil que se frenaron y que el municipio terminó con fondos propios y ayuda de la provincia. “El único apoyo que hemos tenido ha sido el gobierno provincial a través del gobernador Martín Llaryora. No es una gentileza conmigo, es con mi gente”, subrayó.
La administración económica local es otro de los frentes que lo ocupa. Con una inflación que castiga a los municipios, Torres Cena remarcó que busca un equilibrio en las tasas municipales. “No hemos aumentado al nivel que lo hicieron otros lugares y eso hace que el vecino pueda pagarlas”, señaló. También advirtió que los sueldos municipales deben ajustarse a lo que efectivamente ingresa: “Se administra con lo que se cobra, no con lo que se sueña”.
Eventos culturales locales
El intendente puso en valor la importancia de las instituciones locales y una elaborada agenda cultural como motor para sostener el ánimo social y, al mismo tiempo, mover la economía. “No todos tienen la posibilidad de irse de vacaciones. Muchas veces es el municipio quien tiene que ofrecer actividades de calidad y accesibles en la comunidad”, explicó.
Haniewicz: “Seguimos optando por voto castigo en lugar de elegir el mejor candidato”
Los eventos en el teatro municipal son parte de esa estrategia: “Además de darle algo distinto a los vecinos, dinamizan la economía local porque la gente consume en la estación de servicio, en el restaurante, en la panadería”.
Torres Cena también habló del rol de la política en un contexto de crisis. Reconoció que las encuestas son un termómetro, pero insistió en que lo que define una gestión es la cercanía con la gente y la capacidad de resolver problemas concretos. “El tiempo deja ver el entrevero y el brillo. Lo que importa es estar, trabajar y acompañar”, cerró.
Cercano en el trato, firme en sus convicciones y con los pies en el barro de la gestión diaria, Matías Torres Cena se consolida como un intendente que apuesta a la realidad por sobre los discursos, convencido de que, en los pueblos chicos, el Estado es insustituible.