Un video de archivo muestra a Javier Milei en 2018, todavía economista mediático, acusando a Luis “Toto” Caputo de haberse “fumado 15 mil millones de dólares” de las reservas del Banco Central. La frase, lanzada en televisión con el tono provocador que lo caracterizaba, coincidía con la renuncia de Caputo a la presidencia del BCRA, un episodio que marcó uno de los momentos más críticos del gobierno de Mauricio Macri.
El 25 de septiembre de 2018, Caputo presentó su salida tras solo tres meses en el cargo. El contexto era explosivo: el dólar superaba los $40, la CGT llevaba adelante un paro general contra las políticas de ajuste y el Gobierno negociaba con el FMI un préstamo histórico por USD 57.000 millones. Oficialmente, la renuncia se explicó por “motivos personales”, pero la explicación dejó más dudas que certezas. En la city se hablaba de un enfrentamiento con el ministro Nicolás Dujovne, de la incomodidad del Fondo con sus intervenciones cambiarias y de la falta de respaldo político. En su lugar asumió Guido Sandleris, hombre más cercano a Hacienda y con un perfil alineado a las exigencias del organismo internacional.
En aquellos días, Milei todavía no era candidato ni presidente, pero ya construía notoriedad como panelista explosivo. Y Caputo era uno de sus blancos preferidos. Lo acusaba de quemar reservas en un intento desesperado por frenar la corrida y lo presentaba como símbolo de la “timba financiera” del macrismo. La frase sobre los “15 mil millones” se convirtió en un sello de esas críticas, dejando claro que para Milei, Caputo era parte de la casta económica que hundía al país en la dependencia del Fondo.
Años más tarde, la historia se dio vuelta. El mismo Milei que lo señalaba como responsable del despilfarro lo eligió como ministro de Economía y hombre fuerte del ajuste. Hoy Caputo concentra el poder de la caja, maneja la relación con el FMI y encarna el costado pragmático del presidente. La paradoja es evidente: el que antes aparecía en los videos como enemigo público es ahora pieza central del proyecto libertario.