LONDRES.- Luego de meses de especulaciones y de mantenerse fuera del ojo público, el Palacio de Kensington publicó la primera foto oficial de Kate Middleton tras la cirugía abdominal a la que se sometió en enero.
Compartida en la cuenta de Instagram del príncipe Guillermo y la princesa de Gales, la imagen muestra a Kate sentada en una silla con sus tres hijos -George, Louis y Charlotte- con motivo de la celebración del Día de la Madre en el Reino Unido.
La fotografía fue atribuida a su esposo Guillermo, heredero al trono de Inglaterra, y se dijo que había sido tomada esa semana en Windsor.
En el mensaje que acompaña a la foto se puede leer un agradecimiento por el “continuo apoyo” de sus simpatizantes.
“Gracias por sus amables deseos y continuo apoyo durante los últimos dos meses. Deseándoles a todos un feliz Día de la Madre”, reza el posteo.
Esta imagen seguía a semanas de grandes especulaciones en redes sociales y buscaba aclarar las dudas que surgieron luego de que la princesa Kate, de 42 años, pasara 13 noches en una clínica en el centro de Londres, tras su operación.
La hospitalización fue una estancia relativamente larga, lo que suscitó numerosas teorías sobre la salud de la princesa en los tabloides británicos.
Personal de la corona cercano a la princesa indicaron que permanecería fuera del ojo público hasta después de Semana Santa, es decir, fines de marzo mientras continuaba con su recuperación en la casa familiar de Windsor, en el oeste de Londres.
La princesa de Gales no había sido vista en público desde la Navidad del año pasado, cuando asistió al servicio matutino de Navidad con su esposo y sus hijos en la iglesia de Sandringham en Sandringham, Norfolk.
Su prolongada ausencia desató una ola de especulaciones sobre su estado de salud en los medios británicos y en las redes sociales.
Un fotógrafo la detectó fugazmente por primera vez el pasado lunes a bordo de un auto Audi en Londres. La madre de Kate, Carol Middleton, conducía el vehículo y ella iba sentada en el asiento del acompañante. Un testigo aseguró que “la princesa era discreta, miraba por la ventana mientras su madre prestaba atención a la ruta”.
Hasta el momento, no se ha revelado el estado ni el motivo de la cirugía de la princesa Kate, operada el 16 de enero, aunque el Palacio de Kensington, el príncipe Guillermo y la oficina de Kate han dicho que no estaba relacionado con cáncer.
Aunque en un principio el palacio dijo que sólo daría reportes significativos, el mes pasado emitió otro comunicado entre los rumores y teorías de conspiración, en el que indicó que se encontraba bien y se remitió al anuncio anterior.
“El Palacio de Kensington dejó claros en enero los plazos de la recuperación de la princesa y que sólo transmitiríamos novedades significativas”, señaló el palacio el 29 de febrero. “Esas indicaciones se mantienen”.
“La princesa tiene derecho a la privacidad y pide al público que lo respete”, declaró el personal de la corona a The Sun.
Por su parte, Guillermo retomó sus funciones públicas y su presencia en actos oficiales tras haberlas reducido por la salud de su esposa.
La hospitalización de Kate se produjo casi simultáneamente con el anuncio de que el rey Carlos III había sido ingresado para una cirugía por una afección benigna de la próstata y posteriormente se le había diagnosticado un cáncer.
La salud del rey Carlos III
Menos de dos años después de que se convirtiera en rey, el Palacio de Buckingham reveló que Carlos, de 75 años, comenzó a someterse a un tratamiento contra un tipo de cáncer. Al dar a conocer su estado de salud, rompió con el protocolo habitual de la realeza, un “indicio de su deseo de una monarquía más abierta y menos formal”, según los analistas.
Previo a esta noticia, también reveló que iba a someterse a un “procedimiento correctivo” en el hospital para el agrandamiento de la próstata, una enfermedad benigna común entre los hombres mayores de 50 años.
Mientras recibe tratamiento, pospuso sus compromisos públicos, pero tiene previsto continuar con gran parte de su trabajo privado como monarca. De esta forma, sigue con su tratamiento a domicilio en la residencia real campestre de Sandringham, en Norfolk, mientras que asiste al servicio religioso de los domingos en la iglesia Santa María Magdalena en la propiedad real de Sandringham, en el este de Inglaterra.
Agencias Reuters, AFP y AP
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