El consumo de alimentos ultraprocesados en México, que alcanza un promedio de 215 kilogramos por persona al año, es considerado como un factor clave en el aumento de enfermedades como obesidad, hipertensión y cáncer, según diversos estudios.
Ante esta problemática, el diputado Juan Carlos Varela Domínguez, de Morena, presentó una iniciativa para reformar los artículos 114 y 115 de la Ley General de Salud, con el objetivo de reducir el consumo de estos productos, que las empresas reformulen estos productos y promover campañas de concientización sobre sus riesgos.
Entre los alimentos ultraprocesados más comunes en el mercado mexicano se encuentran los cereales para desayuno, zumos de frutas envasados, yogures de sabores, sopas instantáneas, margarinas, mezclas para pasteles, patatas fritas, bebidas gaseosas, galletas, caramelos, mermeladas, salsas, helados, chocolates, fórmulas infantiles, salchichas y nuggets.
La propuesta, que fue turnada a la Comisión de Salud para su análisis, indica que los alimentos ultraprocesados son aquellos productos elaborados industrialmente a partir de sustancias derivadas de otros alimentos, que se caracterizan por su alto contenido de calorías, grasas saturadas, azúcares y aditivos como conservantes, colorantes y potenciadores de sabor.
Además, suelen someterse a procesos como hidrogenación, fritura, refinación o extrusión, lo que provoca una pérdida significativa de calidad y propiedades nutricionales. Según el legislador, estos productos representan un riesgo considerable para la salud pública.
La propuesta también contempla que la Secretaría de Salud, en colaboración con la Secretaría de Economía y las entidades federativas, trabaje en la sensibilización de las empresas que producen alimentos ultraprocesados.
El objetivo es que estas compañías reformulen sus productos para reducir los daños que ocasionan a la salud. Asimismo, se busca implementar campañas informativas dirigidas a la población para alertar sobre los efectos negativos de consumir, distribuir y elaborar este tipo de alimentos.
El diputado Varela Domínguez destacó que la mercadotecnia juega un papel importante en el consumo de estos productos, ya que suelen ofrecerse en porciones grandes a precios accesibles, lo que los hace especialmente atractivos para sectores de menores ingresos. Según el legislador, esta situación refleja la necesidad de adecuar la legislación para proteger a los consumidores y fomentar hábitos alimenticios más saludables.
El documento presentado por el legislador subraya que el consumo de alimentos ultraprocesados está estrechamente relacionado con el aumento de enfermedades crónicas no transmisibles. Desde que el término “ultraprocesado” comenzó a utilizarse en 2009, la evidencia científica que respalda esta relación no ha dejado de crecer.
Entre las afecciones vinculadas al consumo de estos productos se encuentran enfermedades cardiovasculares, dislipidemia, obesidad, síndrome metabólico, hipertensión, cáncer y problemas respiratorios.
El legislador también destacó que México ocupa el primer lugar en consumo de alimentos ultraprocesados y en índices de obesidad en Latinoamérica y el Caribe, una situación que ha persistido durante más de cinco años. Este panorama coloca al país en una posición de desventaja frente a enfermedades crónicas y representa un desafío significativo para el sistema de salud.