Milei quiere un cheque en blanco para un nuevo acuerdo de saqueo con el FMI. Columna de economía de El Círculo Rojo, un programa de La Izquierda Diario en Radio Con Vos.
Domingo 9 de marzo 10:24
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- Parece inminente que el Gobierno de Javier Milei alcance un acuerdo con el FMI. Es quizás por este motivo que el presidente se apresuró a anunciar en la apertura de sesiones del Congreso que enviaría un proyecto de ley para conseguir respaldo a ese acuerdo. Luego volveremos sobre esto.
- ¿A qué se debe la urgencia por cerrar un acuerdo? El motivo central es que los “mercados” están inmersos en un mar de incertidumbre y que las reservas netas del Banco Central (es decir, su verdadero poder de fuego) están en terreno negativo.
- La demora en cerrar la letra chica con el FMI se debe a un gran enigma: qué hacer con el cepo y el dólar. Se sabe que el FMI presiona por una devaluación del peso argentino, que se revalorizó artificialmente el último año. Pero también quiere una liberalización cambiaria, aunque sea progresiva: esto implica levantar el cepo.
- Hay algo más: el FMI no quiere que los dólares que preste se utilicen para intervenir en el mercado cambiario para contener la suba del dólar.
- Es decir, no quiere repetir la historia de 2018, cuando gran parte del préstamo más grande de la historia del Fondo se esfumó al exterior vía fuga de capitales ¿Quién permitió este desastre? El actual ministro de Economía, Luis Caputo, que por tres meses en 2018 estuvo al frente del Banco Central.
- ¿Qué decía Milei sobre Caputo? Que “Caputo se fumó 15 mil millones de dólares de las reservas irresponsablemente y nos dejó este desastre de las Leliqs. Uno de los grandes desastres del Banco Central lo hizo Caputo en dos o tres meses”.
- Los dólares se los llevaron a guaridas fiscales los dueños del país, el gran empresariado local y extrenjero. Pero la deuda la siguen pagando los de abajo con el ajuste a los jubilados, a la educación, a la salud y con los tarifazos.
- Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, tienen muy claro que el combo que quiere aplicar el Fondo puede ser explosivo: puede desatar las fuerzas ocultas del dólar produciendo una disparada de dimensión incierta y, por ende, la reanimación de la inflación.
- Para salir de este laberinto, parece ser que el acuerdo recurriría a un artilugio ¿Cuál es el artilugio? Poner como objetivo principal la acumulación de reservas en el Banco Central.
- Esto es interesante. A pesar de la motosierra y el ajuste más grande de la historia, Milei el único objetivo que no pudo cumplir del acuerdo heredado de Martín Guzmán fue el de acumulación de reservas.
- Es un artilugio porque la acumulación de reservas con la actual cotización del dólar sería casi un milagro. Como el diablo, el FMI está en los detalles.
- El artilugio de poner una meta de acumulación de reservas quizás le permita al oficialismo regular los tiempos de suba del dólar, frenando antes de las elecciones de octubre y acelerando después. Es decir, ese artilugio engendra un golpe devaluatorio para después de octubre, cuando ya no quede el recurso del voto para castigar al oficialismo.
- Volvamos a lo que anunció el presidente en la apertura de sesiones del Congreso: un proyecto de ley para apoyar el acuerdo con el Fondo. Este anuncio que suponía un cheque en blanco que iba a buscar el presidente al Congreso fue negado pocos días después por un posteo en X de la Oficina del presidente, ocasión en la que explicó que el acuerdo sería respaldado por un DNU.
- Si bien el Congreso es una escribanía del poder económico y cómplice de la pérdida de soberanía que implica la deuda externa, el giro desde el proyecto de ley hacia el DNU es claramente un giro hacia un mayor grado de arbitrariedad por parte del presidente.
- El gobierno quiere evitar un debate en el Congreso, al que hasta ahora logró manipular en votaciones importantes con el método Kuider de comprar voluntades ¿Por qué lo quiere evitar? Porque un debate podría ilustrar a una audiencia masiva sobre las implicancias del acuerdo, e incluso hacer un balance de las consecuencias ruinosas de los acuerdos de Mauricio Macri y Alberto Fernández con el Fondo.
- El gobierno con el DNU va a ignorar la Constitución Nacional, la Ley de Administración Financiera y una ley que impulsó Martín Guzmán. Este marco normativo obliga a que los préstamos con el FMI sean aprobados por el Congreso. Lo explicó muy bien Myriam Bregman en un posteo en la red X.
- El gobierno hace malabares con los argumentos. Dice que el nuevo préstamo no aumentará la deuda del Estado. Hasta ayer nomás el gobierno y algunos analistas cómplices decían que la deuda pública no había aumentado porque si se suman la deuda del Tesoro (Ministerio de Economía) y el Banco Central el pasivo había disminuido desde la asunción de Milei. Es una mentira total.
- No obstante, si se sigue ese criterio de sumar las deudas del Tesoro y del Banco Central, también es falso que el nuevo préstamo del FMI no aumentará la deuda porque el Tesoro cancelará deuda que tiene con el Banco Central. Es una cosa o la otra. Pero no pueden ser las dos al mismo tiempo.
- No solo eso. El préstamo con el FMI cambiará el carácter del acreedor. No es lo mismo que el Tesoro esté endeudado con el Banco Central, que con el Fondo. La complejidad de la actual negociación con Washington y las condicionalidades fondomonetaristas ilustran claramente que no es lo mismo.
- Una certeza podemos tener: saltear al Congreso no es el mayor problema. Ya lo hizo Macri. En el caso de Guzmán, que mandó al Congreso un proyecto con los memorandos acordados con el FMI, el resultado final fue que, para lograr apoyo de la oposición, la ley que se votó solo contenía tres breves artículos que autorizaban a las operaciones de crédito con el FMI, omitiendo mayor detalle.
- El mayor problema no es que Milei haya criticado a Caputo lo que ahora busca que el Fondo le permita hacer. Tampoco el problema es que Milei haya dicho años atrás, discutiendo en X con Gastón Remy (economista de LID y legislador en Jujuy), que en su mundo no existe el FMI y que jamás hubiera caído en el Fondo. El mayor problema es que el acuerdo con el FMI pone en pie una estafa piramidal de una dimensión mucho más grande que el Libragate, es una estafa contra las mayorías trabajadoras que seguro, van a ver empeorar aún más sus condiciones de vida y cargarán en sus espeldas por muchos años con la hipoteca de un nuevo acuerdo con el Fondo.
Pablo Anino
Nació en la provincia de Buenos Aires en 1974. Es Licenciado en Economía con Maestría en Historia Económica. Es docente en la UBA. Milita en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Es columnista de economía en el programa de radio El Círculo Rojo y en La Izquierda Diario.