Además de los altibajos del dólar, entre los dilemas económicos que enfrenta el Gobierno este mes está el encarecimiento de la deuda, lo que despierta dudas sobre la solidez del plan fiscal.
Los vencimientos en pesos del Tesoro de este mes superan los $ 36 billones. La fecha clave es el 18, cuando debe afrontar $ 22 billones. Para los próximos tres meses y con las elecciones de por medio, los pagos de deuda llegan a los $ 74 billones. El 97% son instrumentos a tasa fija.
“El actual contexto económico indica un sesgo a tasas de interés elevadas y con más volatilidad“, advierten desde la Fundación Capital (FC).
La escalada empezó hace cuatro semanas cuanto el Gobierno empezó a convalidar tasas más altas para evitar que los $ 10 billones que se liberaron con el fin de las LEFI presionaran sobre el dólar. Así la tasa pasó en pocos días del 34 al 70%, y si bien luego empezó a bajar, hubo una señal de alarma la semana pasada, cuando el Tesoro aceptó pagar hasta 65% para renovar los vencimientos, un nivel que más que duplica las previsiones de inflación del 30% para este año.
En principio, la suba de las tasas en pesos encierra dos riesgos: no solo encarece el financiamiento de la deuda pública, sino que además lleva a que los bancos prefieran financiar al estado antes que al sector privado.
“La administración de la liquidez en un marco de altos vencimientos de la deuda en pesos del Tesoro, con una actividad que parece aletargarse y una morosidad en aumento, deberá tener una sintonía fina“, señala la FC.
“En el mercado de pesos, el Tesoro pagó tasas de interés muy elevadas en la última licitación, en la que renovó el 75% de los vencimientos y colocó a plazos más cortos, haciendo más exigente el perfil de vencimientos para los próximos meses”, mencionan desde Cohen Aliados Financieros.
“Más deuda y a tasas más altas incrementan la carga de intereses capitalizados, que si bien no se contabilizan en el resultado fiscal base caja, reflejan que el resultado de las cuentas públicas es menos sólido de lo que parece –incluso señalado por la revisión del FMI–”, agregan.
“Si bien las variables aún no se encuentran acomodadas, las autoridades parecen priorizar la mitigación del riesgo cambiario, cuestión que deberán manejar con pericia. En este marco, el impulso del crédito parece encontrar un freno y es probable que presenciemos un regreso del crowding out“, apunta la Fundación Capital en referencia al desplazamiento del financiamiento desde el sector privado al público.
Si bien los vencimientos del mes son exigentes, el Tesoro ya cuenta con unos $ 14 billones que en parte fueron obtenidos con licitaciones previas y en otra parte son producto de la transferencia de utilidades del Banco Central realizada en abril. “De cualquier modo, las autoridades dejaron en claro que su prioridad es la astringencia monetaria y que captarán fondos a las tasas que sean necesarias“, sostiene FC.
Para la consultora Qualy la apuesta de la administración Milei “no deja de ser de corto plazo y en materia de costo financiero impone aún más duras condiciones para la mejora de la actividad, ya que tasas más altas dificultan el vacilante consumo (incluso empeorando la situación patrimonial de las familias que ya venían aumentando su endeudamiento), y encarece el crédito a las empresas”.