sábado, 27 julio, 2024
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El Gobierno postergó el aumento del impuesto a los combustibles y de las tarifas de gas

El gobierno nacional postergó para marzo el aumento del impuesto a los combustibles que incide directamente en el valor de la nafta y el gasoil. Se esperaba que los precios subieran a partir de la medianoche debido a que el Gobierno “descongelaría” un impuesto que está fijo desde julio de 2021. Se trata del tributo que grava a los combustibles y que debe actualizarse cada tres meses, tomando como cálculo la variación de la inflación acumulada en ese período. Se esperaba que las empresas refineras trasladarán la actualización de este impuesto y aplicarán una suba adicional debido al aumento de sus costos.

A través del decreto 107/2024, publicado este jueves en el Boletín Oficial, se establecieron las subas en los montos de los impuestos fijados para los combustibles correspondientes al primer, segundo, tercer y cuarto trimestres del año 2023, dado que habían quedado desactualizados. De esta forma, el Gobierno fijó que el aumento del primer y segundo trimestre de 2023 tenga efecto para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil a partir del 1° de marzo de este año. En tanto, los sucesivos incrementos tendrán lugar el 1° de abril y el 1° de mayo.

Los precios de los combustibles aumentaron 75% desde que asumió Javier Milei, repartido en dos incrementos de 38% y 27%. La suba tan pronunciada en poco tiempo se explica por el incremento de las dos principales variables que inciden en los costos de las empresas refinadoras: el tipo de cambio (porque los contratos están dolarizados) y el valor del barril de petróleo.

En diciembre, el Gobierno no solo aplicó una fuerte devaluación de 56% de la moneda, sino que también dejó de presionar sobre el precio interno del barril de petróleo que se comercializa en el país y que era más barato que el internacional. De esta manera, el sector comenzó a acomodar los costos internos al nuevo contexto de liberalización de mercado.

Por parte del Gobierno, en el Ministerio de Economía también buscarán normalizar las cuestiones impositivas y por eso implementará el aumento del de los impuestos al combustible líquido (ICL) sobre la nafta y al dióxido de carbono (IDC) sobre el gasoil. Se trata de un tributo que en le permitió al Estado recaudar 1% del PBI en el pasado, pero que debido a la falta de actualización que tuvo en los últimos 10 trimestres, le aportó el año pasado al fisco casi 0,4%.

Por el aumento de combustibles, vuelven las colas a las estaciones de servicioAlejandro Guyot

Según cálculos privados, el impuesto debería aumentar 377% para recuperar el atraso desde 2011, lo cual tendría un impacto de una suba de $95 por litro en la nafta y de $65 en el valor del gasoil, según cálculos de una de las empresas refinadoras. De hecho, según los datos de Economía & Energía, en 2021, los impuestos representaban el 17% del precio final del gasoil y el 23% del de nafta. Luego del congelamiento, hoy tienen una incidencia promedio del 3% sobre el valor en el surtidor. “La contracción en la alícuota del ICL y el IDC tuvo un costo fiscal solo en el año 2023 de aproximadamente US$2800 millones“, dijeron.

Sin embargo, se espera que el Ministerio de Economía difiera el incremento y que se aplique de manera gradual en los próximos tres meses.

En menos de tres meses, los precios de los combustibles subieron 155% en promedio. Previo al balotaje del 19 de noviembre, un litro de nafta súper de YPF costaba alrededor de $275 en la Ciudad de Buenos Aires, mientras que actualmente vale $700. En tanto, el litro de nafta premium cuesta $862; el gasoil súper, $736, y el gasoil premium, $938.

Esto significa un aumento mayor al salto del tipo de cambio, que pasó de $350 a $825 en el mismo período (suba de 135%). Por lo tanto, en dólares, los precios de la nafta y el gasoil aumentaron 12,5%, ya que pasaron de 80 centavos de dólar a US$0,90.

Estos aumentos tuvieron un impacto en el consumo: las proyecciones provisorias dan cuenta de una caída mayor del 10% interanual en las ventas durante diciembre. En las estaciones de servicio situadas en las ciudades limítrofes con otros países, la caída de la demanda podría llegar al 20%, ya que dejó de ser tan conveniente para los vecinos extranjeros cruzar al país a cargar combustible.

El Ministerio de Economía decidió postergar los aumentos en las tarifas de gas, que estaban previstas para febrero. Pese a que el equipo técnico de Energía ya tenía preparados los nuevos cuadros tarifarios, hubo una decisión política de diferirlos un mes más, a marzo.

En las próximas horas, además, la Secretaría de Energía convocará a una nueva audiencia pública para debatir el nuevo esquema de subsidios. El plan del Gobierno es reemplazar la segmentación actual, que divide en tercios a los usuarios según su nivel de ingreso, por la implementación de una canasta energética básica, que cubra las necesidades mínimas de consumo de gas y electricidad, y que variará según el decil poblacional y la zona geográfica en la que se resida.

Según explicaron los funcionarios de Energía en las audiencias públicas, el Estado subsidiará a los hogares en los que el costo de la canasta básica exceda el 10% de sus niveles de ingresos (5% por gas y 5% por electricidad). Para ello, el Gobierno deberá recopilar el nivel de ingreso familiar de cada hogar, una medida que es difícil de implementar, como le sucedió a la administración anterior.

En cuanto a la electricidad, se espera que en los próximos días la Secretaría de Energía publique los nuevos precios de generación que se reflejarán en el valor final de las boletas. Asimismo, el ente regulador de la electricidad (ENRE) establecerá las tarifas de los usuarios de las distribuidoras eléctricas Edenor y Edesur.

El Gobierno dijo que las boletas de electricidad reciben en promedio un 55% de subsidios, mientras que las de gas, un 82,5%.

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