Moshe Lederfien, de 70 años, que se autodefine como “el corredor de maratón del ananá’. El hombre corre decenas de maratones con esa fruta sobre la cabeza y mantiene el equilibrio intacto. El atleta nació en Israel y viaja por todo el mundo con el objetivo de concientizar sobre la importancia del consumo de frutas y el cuidado de la naturaleza. Lederfien no busca romper récords ni subirse al podio; él solo quiere visibilizar la conexión entre el hombre y el medio ambiente.
Su reciente participación fue este domingo en en Sevilla, donde se robó todos las miradas, no solo de los maratonistas que participaron de la competencia sino de los medios. Tras terminar la carrera de los 42,195 kilómetros, el hombre dijo sentirse feliz y satisfecho. “La fruta es uno de los alimentos más importantes para las personas y quiero llevar ese bien a todo el mundo”, dijo en varias entrevistas. El veterano viene de competir en Nueva York, y también corrió la Maratón de Berlín con la misma fruta sobre su cabeza.
Más de uno se preguntará cómo hace Moshe Lederfien para mantener el equilibrio de la piña en su cabeza, ya que, el hombre corre a buena velocidad y la fruta no se cae. El secreto de la estabilidad, asegura, es su fuerza mental y el gran entrenamiento en el día a día. En palabras del protagonista, el ananá nunca se le cayó en una competencia. “Se mantiene incluso a gran velocidad”, dijo muy contento.
El acercamiento de Moshe Lederfien al deporte se debe a las secuelas que le dejó la Guerra de Yom Kipur, ya que el hombre participó como combatiente en el conflicto que se inició un 6 de octubre de 1973. El enfrentamiento que ocurría entre Israel y sus vecinos árabes dejó a Lederfien en un shock. Es por esa razón que se acercó al deporte para mejorar su salud mental. En la guerra el hombre también vio como el ecosistema se había destruido y esa situación lo llevó a comunicar un mensaje entre el hombre, la naturaleza y la mente. “La conexión entre el hombre y la naturaleza, el cuerpo y la mente son inseparables”, dijo el deportista.
En 2019, Lederfien completó once maratones con la piña en la cabeza. Su aventura, sin embargo, empezó mucho antes, con 53 años, cuando sufría diabetes, una presión arterial elevada y pesaba 130 kilos. En ese momento el veterano tomó la decisión de cambiar y hasta el día de hoy su trasformación física es sorprendente.
En 2022, Lederfien cumplió el sueño de participar en la maratón de Valencia. En la competencia participaron 21.813 corredores y corredoras que cruzaron la meta. A la prueba llegaron corredores de más de 120 países. Moshe Lederfien y su ananá en la cabeza lograron terminar los 42 Kilómetros y también fueron la atracción de la competencia. En ese momento, el veterano dijo que su participación era frecuente cada año. “Vengo siempre, he corrido más de 100 maratones. Quiero lanzar un mensaje de equilibrio al mundo”, dijo en aquel momento. Actualmente, Lederfien entrena unos 30 kilómetros al día siempre con una fruta sobre su cabeza. Asegura que antes corría con una sandía.
Otro ejemplo de equilibrio en las maratones es la habilidad de Michal Kapral, el hombre canadiense más rápido de mundo que corre a gran velocidad haciendo malabares con tres pelotas, el atleta registró un tiempo récord en distintas maratones.
Kapral, de 52 años, tiene 3457 seguidores en Twitter y cuelga videos espectaculares de sus entrenamientos a todo trapo mientras hace malabares con cuatro y hasta cinco bolas. En su red social también presume su Récord Guiness de maratón haciendo malabares con un tiempo de 2:50:12. El atleta participó en distintas competencias en Boston, Toronto, Philadelphia y Chicago. Kapral, además de ser un gran corredor también tiene otra habilidad: dice ser un especialista de investigaciones sobre la risa, en honor a eso siempre provoca más de una carcajada entre sus espectadores.
Kapral no el único que corre haciendo malabares, Michael Bergeron sigue sus pasos. En octubre de 2018 le arrebató el récord al propio Kapral en medio maratón con un tiempo de 1:17:09. Lo hizo en Toronto y la marca anterior de Kapral era de 1:20:40. Bergeron también ostenta el récord de 10k con 35:36.
En definitiva, las maratones se convirtieron en grandes desafíos; al reto que de por sí implica la distancia, algunos corredores decidieron agregar una dificultad extra por cuenta propia. La última aspirante a sumarse a este selecto grupo es la estadounidense Irene Sewell, quien compitió en 2016 usando zapatos de taco alto.
LA NACION