De ser una residencia de verano a principios de 1900, que contaba con 127 habitaciones, el Oheka Castle se convirtió en uno de los hoteles de lujo históricos de América, ya que fue escenario de grandes reuniones de jefes de Estado, hasta grabaciones cinematográficas de clásicos de culto.
Otto Herman Kahn, un banquero conocido como “el rey de Nueva York”, en 1914 compró el terreno más elevado de Long Island para construir una residencia de verano. La propiedad, inspirada en el estilo de los castillos franceses, originalmente contaba con 127 habitaciones donde se reunieron importantes estrellas de Hollywood y hasta miembros de la realeza, indicó Food and Pleasure.
Aunque hoy en día el castillo se convirtió en uno de los hoteles más lujosos de Estados Unidos, con 34 habitaciones, y forma parte del Programa de Hoteles Históricos de América, tuvo una serie de remodelaciones en casi medio siglo después de la muerte de su propietario, en 1934.
Con el fallecimiento de Otto, el castillo pasó por diversos dueños y distintos usos. Después de ser utilizado como una escuela militar, el edificio quedó en abandonado y no fue hasta la década de los 80 que un equipo de arquitectos, historiadores y restauradores trabajaron para devolverle el brillo al inmueble, sin descuidar ningún detalle, desde las molduras de la biblioteca hasta el diseño original de los jardines con sus ocho piscinas y tres fuentes, que tuvo una inversión total de 80 millones de dólares.
A una hora de Nueva York, el Oheka Castle abre sus puertas y jardines a todos los huéspedes que pueden disfrutar de la naturaleza de sus espacios al aire libre, leer un libro en su biblioteca, ejercitarse en su fitness center y conocer más sobre la historia del hotel en sus recorridos guiados diarios alrededor de la mansión.
Además del interior, las personas también pueden organizar bodas en los espacios al aire libre del castillo, reuniones empresariales y toda clase de celebraciones como cenas románticas. Incluso, se puede hacer un recorrido virtual por sus espacios más representativos.
El hotel sirvió de escenario para todo tipo de producciones, desde el video musical de Blank Space de Taylor Swift, hasta capítulos de series como Succession de HBO Max y escenas del clásico de culto Citizen Kane (El Ciudadano Kane). Pero también sirvió de inspiración para los edificios que aparecen en la novela de F. Scott Fitzgerald, El Gran Gatsby.
Se dice que el castillo de Long Island sirvió de referencia para los edificios ficticios de West Egg y East Egg del libro, después de que en otoño de 1922, Fitzgerald y su esposa Zelda se mudaron a un castillo mediterráneo de la isla.
Gary Lawrance, arquitecto e historiador de Nueva York, indicó que abundan las teorías sobre las propiedades reales que inspiraron al escritor para su obra, ya que tomó fragmentos de cada uno de los lugares que le gustaban y los fusionó.
Anteriormente, la zona albergaba a las familias más ricas de Estados Unidos, ya que se estima que en su apogeo hubo hasta 2000 mansiones en la región, aunque actualmente solo quedan cerca de 500, refirió Lawrance.